Poltergeist es quizás una de las franquicias que más cariño ha recibido por parte del público. Dicho cariño trasciende a lo mero cinematográfico ya que por desgracia dicha saga es tristemente recordada por los dramáticos acontecimientos acontecidos a muchos de sus intérpretes (tal y como hablamos en el especial Poltergeist y su maldición: ¿realidad o ficción?).

Sin embargo, los aficionados al género jamás podrán olvidar la imagen de la pequeña Carol Ann sentada frente al televisor sin sintonizar diciendo aquello de Ya están aquí… 

POLTERGEIST (1982, Tobe Hooper)

En 1982 Poltergeist irrumpe con fuerza en la taquilla del mundo entero. La cinta es una extraña mezcla de cine familiar, con tintes fantásticos y algún que otro elemento terrorífico. Producida por Steven Spielberg -aunque las malas lenguas dicen que también ejerció de director en muchos (muchísimos) momentos del film- la película nos relata los fenómenos paranormales que empiezan a producirse en una casa situada en un barrio en constante expansión. Un matrimonio y sus tres hijos empiezan a ser testigos de sucesos que no pueden entender, temblores, sillas que se mueven, manchas extrañas en las habitaciones. Carol Anne -la benjamín de la familia, encarnada por Heather O’Rourke– es el foco directo hacia donde se dirigen los extraños sucesos que asolan a la familia Freeling hasta que un día la niña desaparece…

Poltergeist tiene a su favor muchas cosas. Es una película con un guión sólido, muy bien delimitado en donde los acontecimientos se encuentran bien estructurados para que el espectador mantenga la atención en todo momento. Evidentemente su condición de cine más proclive al género familiar estándar del momento, coarta parte de las posibilidades de un guión contenido en muchos momentos en donde hay que ir con cuidado en que se muestra -y la forma de hacerlo- para evitar una calificación elevada de los censores americanos. Aún así, la cinta posee una parte final endiabladamente entretenida y con elementos terroríficos presentados con la suficiente inteligencia por parte de Spielberg y Tobe Hooper – director oficial de la cinta- que consiguen disimular el trazo grueso de ciertas situaciones y envolverlas en el clima familiar idóneo para los censores. Otro elemento a destacar es lo hábil del guión en utilizar todo aquello que infringe miedo a los personajes para aterrorizarlos sin piedad. Algo muy macabro que es suavizado muy inteligentemente por parte de los creadores del film. Las interpretaciones no se quedan atrás aunque me gustaría destacar a JoBeth Williams, una maravillosa actriz, su composición del personaje de Diane consigue transmitir, amor, sufrimiento y fuerza a partes iguales. Poltergeist se ha convertido en un film atemporal. Podrá gustar más o menos pero hay que alabarla como una obra capaz de no cerrarse ninguna puerta e intentar llegar al máximo de público posible sin perder ciertas señas de identidad del cine de terror contemporáneo.

Como dije al principio a veces la realidad puede ser más terrorífica que la ficción y esta saga también seria recordada por los infortunios que sufrieron parte de sus intérpretes. Al poco de finalizar el rodaje, Dominique Dunne (quien interpretó a la hermana mayor de Robin y Carol Anne) sufrió una agresión brutal por parte de su novio quien la dejó en coma, falleció poco tiempo después.

POLTERGEIST II: EL OTRO LADO (1986, Brian Gibson)

Debido al gran éxito de Poltergeist era cuestión de tiempo que se pensara en una segunda parte: cuatro años después se estrenaba Poltergeist II: El Otro Lado. Contaba con todos los intérpretes del primer film y se sumaron importantes personajes como el Reverendo Kane (por fin ponemos rostro a la criatura que va detrás de Carol Anne). Pero vayamos por partes. El film se desarrolla poco tiempo después de los fatales acontecimientos vividos por la familia Freeling. Al no poseer recursos propios para vivir, la familia se traslada a la casa de la abuela, la madre de Diane. Cuando fallece la abuela por causas naturales, los fenómenos extraños comienzan a sucederse y esta vez la virulencia alcanza nuevas cuotas de horror. Poltergeist II: El Otro Lado es una secuela al uso. Eso no quiere decir que sea un mal film aunque en mi opinión es la más endeble de la saga, quizás por abusar del elemento ñoño de la familia sobretodo en la parte final. Pero no es todo malo, ni mucho menos: la cinta cuenta con momentos muy bien elaborados y con un guión que intenta explicar el origen del Reverendo Kane así como el descubrirnos nuevas capacidades y cualidades de los personajes principales. Brian Gibson no es Spielberg (ni Tobe Hooper) pero tampoco pasa nada, ya que consciente de sus limitaciones a la hora de rodar una secuela. El resultado final es correcto. Poltergeist II: El Otro Lado continúa con la receta del primer film: terror hasta cierto punto, multitud de elementos fantásticos a nuestro alcance y maravilloso trabajo de Jerry Goldsmith, quien repite como compositor.

El elemento macabro a destacar es que antes de acabar el rodaje falleció Julian Beck, quien interpretaba al Reverendo Kane. Beck empezó el rodaje enfermo –cáncer de estómago- y se dice que el aspecto “calaverico” que mostraba no era debido al maquillaje. Otro infortunio tuvo que ver con el fallecimiento de Will Sampson, quien interpretaba al indio Taylor. Sampson murió de un ataque al corazón apenas un año después de finalizar el rodaje de la cinta.

Poltergeist II: El Otro Lado no llegó a ser un exitazo como el primer film pero dio bastante dinero, con lo cual la idea de otra secuela no parecía descabellada.

POLTERGEIST III (1988, Gary Sherman)

Apenas año y medio después del estreno de la segunda parte empezó el rodaje de la tercera. Muchos cambios y tragedias se avecinaron. En primer lugar, la negativa de JoBeth Williams y Craig T. Nelson a volver a interpretar a los padres de Carol Anne hizo que el guion tuviera que modificarse. Cuando el rodaje comenzó, Heather O’Rourke ya estaba enferma (se puede apreciar en su rostro los efectos de la cortisona), tenía problemas intestinales y antes de finalizar el rodaje de la cinta sufrió un paro cardíaco y un choque séptico subsiguientes a una obstrucción intestinal que acabaron por provocarle la muerte a los 12 años de edad. La madre de la actriz Zelda Rubinstein, quien interpretaba a Tangina, también falleció antes de que se finalizara el rodaje, con lo cual se explica parcialmente las apariciones y desapariciones de su personaje en el film.

Más allá de las tragedias acontecidas que lastraron la producción y post-producción de la cinta, este Poltergeist es muy superior a la segunda parte por varias razones. Primeramente por el nuevo lugar donde se desarrollan los hechos: un edificio enorme, amenazador, lleno de cristales y espejos que no son otra cosa que entradas y salidas a mundos desconocidos. En segundo lugar la relación entre Carol Anne y sus tíos, en este caso su tía -interpretada por Nancy Allen-, una relación casi de odio y desprecio ya que culpa a la niña de los males que sufre la familia; esto lanza una idea muy interesante y macabra: el hecho de que los padres de Carol Anne quisieran desprenderse de la niña, enviándola lejos para poder vivir ellos una vida apacible y tranquila. El filme cuenta con un buen trazo en la evolución de los personajes. Gary Sherman (director de Muertos y Enterrados) consigue dotar de cierta personalidad al conjunto de la cinta y alejarla del exceso de “azúcar” que inundaba parte del anterior filme. En mi opinión, Poltergeist III consigue dotar de sensaciones nuevas y nunca antes vistas en los dos filmes anteriores. Concretamente una sensación amenazante, bastante angustiosa, por parte del ente que persigue a Carol Anne ya que, una vez destruido el núcleo familiar y férreo de antaño, la propia niña debe enfrentarse sola a sus demonios y sus miedos.