Murder Death Koreatown arranca con el asesinato de Tae Kyung Sung a manos de su mujer en el barrio coreano de Los Ángeles. Un vecino decide llevar a cabo su propia investigación, ya que considera que algunas cosas no encajan. Cuanto más tira del hilo, más seguro está de que algo oscuro y peligroso se oculta en la ciudad.

Mi relación con el found footage es agridulce. Me encanta el formato, y creo que existen pocas formas más efectivas de conseguir que el espectador se meta de lleno en la película que con el realismo sucio de la cámara doméstica, la fotografía chusca y llevar por bandera la filosofía de evocar lo máximo y mostrar lo mínimo. El problema es que rara vez encuentro películas en este formato (que no género, como muchos afirman) que me convenzan. Unas veces porque se descuida la historia y, sobre todo, su desenlace, y otras porque terminan cayendo en excesos y tópicos que muy rara vez funcionan en este formato.
Desde que vi El Proyecto de la Bruja de Blair, obra maestra del found footage imitada sin éxito hasta la más empachosa saciedad, he buscado películas que me transmitan la misma sensación opresiva y terrorífica, porque no hay nada como una película de terror en la que seas capaz de situarte; oler sus escenarios, sentir el viento, temer la oscuridad, escuchar los ruidos de la noche. A estas alturas sé que nunca se hará nada que consiga lo que El Proyecto de la Bruja de Blair consiguió, pero sí hay películas que se le acercan.

Para empezar a hablar de Murder Death Koreatown tenemos que remontarnos a sus orígenes, alojados en las entrañas de Internet, y más concretamente en el foro Reddit. Por lo que cuentan, y es bueno advertir que esta información se debe coger con pinzas porque ya sabemos lo que ocurre con los rumores de la red, un usuario empezó a subir los vídeos que un amigo suyo había grabado a modo de crónica. En dichos vídeos, el amigo del usuario se dedicaba a investigar por su cuenta un asesinato cometido en el barrio coreano de Los Ángeles. La película que podemos ver es el conjunto de esos vídeos debidamente editados por el usuario de Reddit. En teoría, claro. El found footage siempre se ha nutrido de este tipo de historias tras las cámaras para venderse con mayor facilidad y alimentar el morbo del espectador. Y si no, preguntadle a Ruggero Deodato.

Hasta donde sé, lo único realmente cierto en esta historia es el asesinato en cuestión. Lo que la película hace es dibujar sobre ese crimen una trama ficticia de investigación amateur que desemboca en un siniestro asunto relacionado con conspiraciones, espíritus y sectas que, siendo sinceros, me puso los pelos de punta. Y todo ello sin recurrir a mediocres jumpscares ni nada parecido.

Como todo buen found footage, la principal intención del anónimo cineasta es hacer que la película resulte realista y creíble, y que incluso sabiéndose que todo es ficción (nos la colaron con El Proyecto de la Bruja de Blair y no volverá a ocurrir), el conjunto tenga la consistencia de una grabación verídica. En el caso de Murder Death Koreatown, no sólo es creíble, sino que además consigue confundirnos y pillarnos con la guardia baja gracias a su estupendo guion. Nada nos hace sospechar de los caminos que tomará esta película, cuyo protagonista, un joven que a causa del aburrimiento (y el paro) mete las narices de forma obsesiva donde no debe. Alguien que podría formar equipo con Jeffrey Beaumont, de Terciopelo Azul, o Sam de Lo que Esconde Silver Lake. El ADN de estas tres películas es el mismo. Casi sin casi darnos cuenta, la trama va mutando en una dirección que en poco se parece a sus primeros minutos. Tal es así, que durante el primer cuarto de hora pensé que estaba ante una extraña comedia sobre un chico con exceso de tiempo libre al que todo le sale mal y cuya investigación, esa que está poniendo en riesgo la relación con su pareja, no lleva a ninguna parte por más que se esfuerce en indagar y preguntar a gente por la calle.

Murder Death Koreatown es un creepypasta llevado al cine, y llevado de forma brillante y fiel a lo que estas terroríficas narraciones son. Nada que ver con ese bodrio de Slenderman. Los creepypastas, con su afán de resultar verosímiles, documentados y terroríficos, son, en esencia, el found footage literario.

¿Acaso El proyecto de la Bruja de Blair no habría sido un creepypasta buenísimo? Murder Death Koreatown es un found footage que bebe del creepypasta, y el creepypasta a su vez bebe del found footage. Es un círculo que se cierra.