¿Y SI E.T. HUBIERA SIDO MALO?

[Nota: las imágenes de los diseños pertenecen al proyecto Night Skies, del que hablaremos más adelante. No existen diseños preliminares de E.T. II: Nocturnal Fears]

Corría el año 1982. Nada ni nadie podía toserle a la nueva película de Steven Spielberg en la taquilla. Aquella historia de amistad entre un alienígena y un niño titulada E.T., el extraterrestre recaudó más de 359 millones de dólares, superando el record impuesto por la primera entrega de Star Wars cinco años atrás. El 17 de julio de ese mismo año, Spielberg y la guionista Melissa Mathison le dieron vueltas a una hipotética secuela. No contentos con ello pasaron a la acción escribiendo un tratamiento de nueve páginas, bautizado como E.T. II: Nocturnal Fears y que puede encontrarse aquí.

ET II Nocturnal Fears 3

Una nave alienígena aterriza en la Tierra con la misión de rastrear la señal enviada por nuestro amigo marrón en la película anterior. Al contrario que este, los seres que llegan a nuestro planeta (liderados por el temible Korel) no tienen buenas intenciones. Elliott y sus hermanos Michael y Gertie disfrutan felices de su último año en la escuela, aunque la ausencia de E.T. ha dejado un importante vacío en sus vidas. Su madre Mary, que sale ahora con el científico interpretado por Peter Coyote, Keys, solo espera que el tiempo sane las heridas. En el tejado de la casa familiar hay plantada una radio diseñada para intentar establecer contacto con el alienígena (una idea del final original de la primera película). Elliott tiene la sensación de que E.T. regresará; convence a sus hermanos para ir al bosque donde se despidieron de él. No tardan en descubrir la nave enemiga y ser secuestrados. El joven es torturado por Korel, quien busca saber más de su compañero alienígena (descubrimos que su nombre real es Zrek). Mary y Keys se percatan de que los niños han desaparecido. Cuando van al tejado, escuchan un mensaje en la radio: E.T. ayudará pronto a Elliott. Y en efecto: el alienígena hace acto de presencia en el último acto de la historia: E.T. libera a los niños de sus jaulas y derrota a Korel. Tras un breve reencuentro con su amigo humano, vuelve a la nave y pone rumbo hacia las estrellas. Fin.

ET II Nocturnal Fears 1

Spielberg rescataba de su proyecto frustrado Night Skies la idea de utilizar a los extraterrestres como los villanos de la historia. Hagamos un parón en la historia de E.T. II: Nocturnal Fears y centrémonos en Night Skies, vendida a la Universal como «Perros de paja con aliens»: nos hallamos ante una historia, de tono distinto al Encuentros en la tercera fase, sobre una familia aterrorizada por seres de otra galaxia. Spielberg contacta con el legendario artista Rick Baker para que diseñe algunas criaturas, pero cuando lee el guión a Mathison en el set de En busca del arca perdida se da cuenta de que el enfoque terrorífico no termina de funcionar. Con su compañera enamorada de los aspectos más tiernos del proyecto, el futuro director de El puente de los espías empezó a modificar la historia hasta dar con lo que sería E.T., el extraterrestre. Respecto a E.T. II: Nocturnal Fears, la cosa no terminó de cuajar. Spielberg sabía que, en realidad, no hacía falta una secuela, admitiendo años más tarde que «una continuación de E.T. no haría más que robar su pureza». En 1985 dio el visto bueno a un libro llamado E.T.: The Book of the Green Planet (escrito por William Kotzwinkle) que expandía la mitología presentada en la primera película, revelando nuevos e interesantes detalles adicionales. En el cine, E.T. (y los suyos) hicieron un discreto cameo en Star Wars: Episodio I – La Amenaza Fantasma.

El proyecto fallido E.T. II: Nocturnal Fears inspiró al artista Robert Blankenheim a crear el delirante falso trailer de E.T-X, ayudándose de un centenar de películas. Os dejamos con el resultado, que no tiene desperdicio: