¿Y si David Lynch, una de las mentes más extravagantes y surrealistas de la historia del cine, hubiera aceptado dirigir el capítulo final de la trilogía clásica de Star Wars?

No fue tarea fácil ponerse con la tercera y última entrega de una de las franquicias más exitosas de Hollywood, más aun cuando El Imperio Contraataca seguía rompiendo toda clase de records. Cuando Irvin Kershner rechazó la propuesta de volver tras dedicarle dos años y medio a la secuela, George Lucas tuvo en mente a David Lynch para dirigir La Venganza del Jedi -título provisional que luego sería cambiado a El Retorno del Jedi-. No tardó mucho en contactar con el joven realizador de Eraserhead (Cabeza Borradora) y El Hombre Elefante.

 

 

Lynch no le atraía demasiado la propuesta, pero decidió dar una oportunidad a Lucas. El encuentro entre ambos tuvo lugar en Los Angeles, en un edificio de Lucasfilm cuyo sistema de seguridad requería un pase, unas llaves especiales y un mapa (?). Lynch recuerda el dolor de cabeza que tuvo mientras el director de American Graffiti le hablaba sobre las posibilidades del proyecto, un dolor de cabeza que se acentuó cuando vio el centenar de criaturas que se almacenaban en el segundo piso. Cuando se fueron a comer juntos en el ferrari de Lucas, Lynch solo quería volver a casa. Antes de irse, llamó a su agente y le dijo: «De ninguna forma voy a hacer esto». «Vas a perder muchísimos millones de dólares, pero no pasa nada», le replicó.

Como todos sabéis, Lynch pasó del proyecto y la dirección fue a parar a manos de Richard Marquand. El Retorno del Jedi se estrenó en 1983 y recaudó más de 572 millones en todo el mundo. El no haber dirigido la película no supuso un trauma para el artífice de Twin Peaks, cuyo siguiente film (irónicamente) fue Dune, una aventura de ciencia-ficción -y mucho más- que adaptaba la novela de Frank Herbert. En Lynch on Lynch, se lee el siguiente comentario: «Nunca me ha gustado la ciencia-ficción. Me gustan ciertos elementos de ella, pero necesita ser combinada con otros géneros. Y, obviamente, Star Wars es completamente de George«.