Si bien es cierto que el cine oriental lleva durante décadas presente en el panorama internacional con películas de variadas temáticas o géneros, y gracias también en parte a numerosos directores (Takeshi Kitano o Akira Kurosawa podrían ser un buen ejemplo de ello, claro está, con su propio estilo y salvando las diferencias en cuanto a su trabajo), el terror oriental no entró con la misma fuerza hasta hace poco más de dos décadas.

Sin embargo, sí que es verdad que una vez aterrizó en Occidente, lo hizo para no marcharse.

Buena prueba de ello son la gran cantidad de producciones que nos llegan cada año, y que siguen creciendo en cuanto a calidad, hasta el punto de llegar a competir con producciones de la maquinaria, siempre en movimiento, de Hollywood. Aunque su precursor fue inicialmente Japón, enseguida se sumaron otra buena cantidad de países (por fortuna para nosotros) como Corea del Sur, Tailandia o China, para aportar su propia versión del horror entremezclando folklore con temas más actuales.

No es ninguna sorpresa que desde esta titánica industria (me refiero de nuevo a Hollywood, por supuesto) estén emulando el estilo de estas cintas o incluso realizando sus propias adaptaciones o remakes. No todos buenos desde luego. Pero eso demuestra que desde Oriente llegan pegando con fuerza y lo están haciendo bien, calando cada vez con mayor tesón y garra en los espectadores de este otro lado del mundo. A continuación, diez títulos imprescindibles que ningún fan del género debería perderse:

RINGU (THE RING, EL CÍRCULO)

Fue la primera de esta serie de obras precursoras que abrirían ese mundo siempre exótico, lleno a veces de tradiciones extrañas y diferentes para nosotros como es el país del Sol Naciente, y que además dejaría su sello con un término muy particular para denominar a este género como es el J-Horror.

Además, volvió a introducir en nuestra cultura lo que era el Kaidan. Algo que ya habían hecho décadas atrás otros directores, como es el caso de Kaneto Shindô con trabajos como Kuroneko u Onibaba. Para el que desconozca el significado de Kaidan, para resumirlo y dejarlo explicado en pocas palabras, son historias de fantasmas extraídas del Japón feudal llenas de espectros de cabellos largos que han terminado por convertirse en todo un símbolo de este género.

Volviendo a Ringu (The Ring o El Círculo), lo primero que tengo que deciros es que la fecha de su estreno fue en 1998, y que su director fue Hideo Nakata (Pulse, Dark Water, Ghost Theater), un prolífico y polifacético cineasta que aunque ha experimentado diversos géneros, trabaja y experimenta de forma asidua con el terror.

Para entrar un poco más en el meollo de la cuestión, aunque seguro que seréis pocos lo que desconozcáis su argumento, este largometraje nos narra una historia oscura y misteriosa en el que el eje central es una cinta de vídeo maldita, llena de extrañas e impactantes imágenes. Todo aquel que la ve recibe una llamada anunciando que morirá en siete días.

Con esta impactante premisa, su director logró un gran éxito, además de ser una de los films más rentables en su país y mejor valorado, ya que se encuentra a día de hoy entre los más terroríficos, dicho por los propios japoneses. Además, dio luz verde a una franquicia que ha conocido secuelas, precuelas, remakes e incluso un crossover con Ju-On, títulos a cada cual más delirantes.

SUICIDE CLUB (EL CLUB DEL SUICIDIO)

Otra muestra del terror oriental estrenada en el año 2001 y dirigida por Sion Sono. En esta ocasión cambiamos totalmente de estilo para adentrarnos en una obra inquietante, y que su director aborda tras la pérdida de un amigo cercano. Con cierta fiereza, y por qué no, también a modo de crítica y posible terapia enfrenta al espectador a algo tan habitual por desgracia en estos tiempos como es el suicidio.

Este trabajo comienza precisamente con el suicidio de cincuenta y cuatro chicas arrojándose a las vías del tren. Este acto provocará un contagio que se extenderá por todo el país e imposible de frenar. Un detective investigará los sucesos y los conectará con un nuevo grupo musical llamado Desert. Aunque por desgracia para él, ni la respuesta será tan sencilla ni tan terrenal…

Suicide Club esconde un gran número de metáforas e iconos ocultos, tras la crudeza de las imágenes y los metrajes, con los que pretende dejar claro un mensaje: ¿Cuánto vale una vida?

Como dato final acerca de ella, deciros que se ha realizado una secuela, una novela que engloba ambas partes y un manga, aunque enfrentado con un corte más sencillo y fácil de entender para los lectores.

JU-ON (LA MALDICIÓN)

Tal vez junto a Ringu, de las entregas más conocidas del terror oriental. Fue estrenada en 2002 y fue dirigida Takashi Shimizu (Dark Tales of Japan, Reincarnation). Otro director con un amplio espectro en cuanto a los géneros que ha desarrollado durante su carrera, pero que demuestra con creces que su temática favorita es y será el terror. 

La historia de esta cinta comienza con una joven llamada Rika que cuida a una anciana. En dicha casa ocurren cosas inexplicables. Un día, esta chica se encuentra con un chico que porta en los brazos un gato… A partir de aquí, se nos irá narrando los acontecimientos que han provocado esta maldición a través de distintos personajes que quedarán interconectados por esta marca común que los arrastrará a la muerte. Eso sí, dichos acontecimientos no se cuentan de manera lineal, por lo que irá dando saltos para incrementar el suspense y la intriga hasta el clímax final.

He de decir a título personal, que aunque no cuenta con efectos especiales espectaculares ni por asomo, en mi opinión tampoco le hicieron falta para despertar el pavor y miedo en gran parte de los espectadores que a lo largo de estos años se han atrevido a visionarla.

De ella se han realizado varias secuelas en su país de origen. También Hollywood nos trajo a la gran pantalla un remake con el título The Grudge: La Maldición, de la cual se realizaron dos secuelas, las tres producidas por el de sobra conocido director Sam Raimi (Posesión Infernal, Darkman, Arrástrame al Infierno). De hecho, este año de nuevo llegó a las carteleras de los cines una revisión con el mismo título, pero que se desarrolla en los Estados Unidos y con una trama menos compleja y enrevesada, tal vez para atraer a un espectro más amplio de público.

Me gustaría dejaros como colofón dos apuntes. El primero de ellos, es que el mismo director de las películas originales, Takashi Shimizu, dirigió el remake y la primera secuela americana en 2004 y 2006 respectivamente. El segundo, que el largometraje tuvo tal éxito que de él se han realizado novelas, cómics e incluso videojuegos.

GIN GWAI (THE EYE)

Un film quizás más conocido por su versión estadounidense que por la original. Realizada en Hong Kong, estrenada en 2002, y dirigida por los hermanos Oxide y Danny Pang.

Con un argumento bastante sencillo pero efectivo, nos adentramos en la vida una chica llamada Mann, la cual se quedó ciega siendo una niña. Ya de adulta, le ofrecen la oportunidad de someterse a un arriesgado trasplante de córnea que podría devolverle la visión. Ella afronta ese peligro y decide operarse. A partir de aquí, empezará a sufrir terroríficas alucinaciones que le harán dudar de hasta qué punto es cierto lo que ve, y también hasta de su propia cordura.

De nuevo,  un trabajo que a pesar de no contar con grandes efectos especiales, caló hondo en el público del país y causó suficiente sensación para que las mentes pensantes estadounidenses se lanzaran a versionarla. En su país de origen se realizaron dos secuelas, la última titulada The Eye: Infinity.

Como decía antes, este largometraje tampoco se escapa de tener su propia versión hollywoodiense estrenada en 2008 con el título de The Eye (Visiones) e interpretada por Jessica Alba (El Diablo Metió la Mano, Sin City, Historias de San Valentín).

DARK WATER

Como ya os adelanté antes, aquí nos encontramos con otro producto japonés del terror oriental dirigido Hideo Nakata, estrenada en 2002 y basado en la novela de Koji Suzuki.

En Dark Water, su director nos vuelve a introducir en una historia malsana, llena de mucho suspense y con altas dosis de terror. Su argumento nos mete en la vida de Yoshimi Matsubara, una mujer recién divorciada que se encuentra peleando por la custodia de su hija de tan solo cinco años. Con antecedentes de problemas mentales que incluyen tratamientos psiquiátricos y alucinaciones, Yoshimi decide mudarse a un pequeño apartamento junto a la pequeña. Sin embargo, el estado precario de la vivienda, el edificio y la persistente presencia de agua sucia y una misteriosa mochila roja la conectará con una historia que la conducirá una vez más a la demencia, y consecuentemente a un peligro inevitable y real.

Muy recomendable, con escenas malrolleras que posiblemente quitarán el sueño a más de uno. Siguiendo la línea de sus antecesoras, también existe una versión americana, estrenada en 2005 con el mismo título Dark Water (en España, La Huella), y protagonizada por Jennifer Connelly (Dentro del Laberinto, Dark City, Ultimátum a la Tierra). Añadir que la línea argumental se ciñe bastante a la original y por tanto, es bastante efectiva y entretenida.

LLAMADA PERDIDA

En esta cinta del incombustible Takashi Miike nos encontramos una premisa que recuerda en parte a Ringu, donde el mal emplea otro objeto cotidiano (en este caso los móviles) para tomar las riendas del destino de sus víctimas.

Tras la muerte de una estudiante universitaria en extrañas circunstancias, sus amigos comienzan a recibir extrañas llamadas con un tono desconocido que augura lo peor. El denominador común parece residir en la sim de los móviles, que, como si un virus se tratara, accede a los contactos y los memoriza para sembrar el caos.

Llamada Perdida parte de una base atractiva para el terror oriental que mantiene al espectador pegado a la butaca. Por supuesto, no tardarían en venir las secuelas (dos en su país natal) y un remake estadounidense (One Missed Call · Llamada Perdida) estrenado en 2008.

DOS HERMANAS

Empezamos a acercarnos al final de nuestro recorrido por el terror oriental. Y para ello, cambiamos de país y nos vamos hasta Corea del Sur, donde en el año 2003 se estrenó esta película escrita y dirigida por el magnífico cineasta Kim Jee-Woon (El Bueno, el Feo y el Raro, Encontré al Diablo, El Imperio de las Sombras).

Dos Hermanas está basada libremente en un cuento tradicional y que ha sido adaptado en numerosas ocasiones para distintos medios. En ella, Su-yeon, una paciente recién salida de una institución mental, regresa junto a su hermana pequeña Su-mi a la casa que comparten junto a su padre viudo y su madrastra. Dicha mujer es cruel, malvada y ruin, y aprovecha la menor ocasión para maltratar a la menor de las dos jóvenes. Poco a poco, la vivienda empezará a quedar envuelta por un aura malsana que acosa a las hermanas, que sufren horribles visiones y pesadillas. Por si eso no fuera suficiente, el errático y casi demente comportamiento de su madrastra no hará más que tensar una cuerda, frágil y delicada que está a punto de romperse.

Llena de giros, mucho suspense y un final algo previsible pero que no le resta valor, este film engloba lo mejor de un cine que comenzaba a crecer por aquellos lejanos años en una Corea del Sur cada vez más prolífica en cuanto a cine se refiere. 

SHUTTER

Nos volvemos a alejar de la influencia nipona (aunque no tanto como podríamos pensar una vez visionada), y viajamos hasta Tailandia para encontrarnos con una película que se estrenó en el año 2004 y fue dirigida en esta ocasión por dos directores: Banjong Pisanthanakun y Parkpoom Wongpoom.

En Shutter nos vamos a encontrar con una historia fresca, en parte diferente, pero que mantiene la misma esencia del folklore y las tradiciones que rodean oriente.

Un largometraje sin grandes pretensiones pero efectivo. Para ponernos en situación: es de noche y vamos conduciendo por una carretera poco iluminada. Sus protagonistas, Tun y Jane, atropellan accidentalmente a un peatón y huyen de la escena. A partir de aquí, Tum empezará a ser acosada por terribles pesadillas, mientras que Jane, fotógrafo de profesión comenzará a percibir imágenes espectrales que de alguna manera le acechan también. Asustados, deciden regresar a la escena del accidente. Pero no encuentran rastro alguno del cuerpo ni indicios o noticias de lo ocurrido. Poco a poco, irán entrando en una espiral que cada vez les acerca más a un peligro mortal y de la que les será difícil escapar.

Poco más que añadir, salvo que al año siguiente de su estreno fue nominada para el Premio de Oro 2005 Kinnaree a la mejor película en el Festival Internacional de Cine de Bangkok, y también estuvo presente en el Festival de Sitges en la sección oficial de largometrajes a concurso.

Existen varios remakes o revisiones de dicho film. El más popular, pese a que no tuvo gran éxito de taquilla, fue realizado en Hollywood siguiendo la trama original, y estrenado en 2008 bajo el título de Shutter (Retratos del Más Allá).

I AM A HERO

Nos venimos a estos últimos años para coger algo de aire fresco y dejar a un lado los espectros, fantasmas y el folklore para adentrarnos en otro género bien distinto: el género z o de zombies.

I Am a Hero es una adaptación del manga homónimo, escrito y dibujado por el autor japonés Kengo Hanazawa. La película se estrenó en 2015 bajo la dirección de Shinsuke Sato.

Aquí nos vamos a encontrar con una historia contundente e emocionante, pero también de superación. Su protagonista, Hideo, sueña con llegar a lo más alto creando grandes trabajos relacionados con el manga. Sin embargo, todos a su alrededor, incluida su pareja, lo tildan de mediocre y así pasa sus días, ahogado por la monotonía y el hastío, sintiéndose desdichado y miserable. Una noche se pelea con su pareja y es expulsado de su hogar, donde regresará al día siguiente para descubrir que se ha convertido en una criatura extraña que intenta acabar con él. Hideo comprende que se ha convertido en el héroe por accidente de un mundo donde la supervivencia es más que dudosa.

I Am a Hero es tan solo una muestra del floreciente auge que está viviendo la industria sur coreana. Ya no solo en este formato como es el terror, sino en un sinfín de producciones de todo tipo. Altamente recomendable para todos aquellos amantes de los zombies, y que no tengan miedo a la sangre y algún que otro desmembramiento.

TREN A BUSAN

Otro fenómeno que llegó de Corea del Sur en 2016, dirigido por Yeon Sang-ho, un actor y director que tal vez conozcáis por el intenso largometraje de animación The Fake.

De nuevo abordamos el género Z. En este caso, su guion nos narra cómo un virus se propaga con gran virulencia por todo el país mientras un grupo de pasajeros viajan a bordo de un tren bala desde Busan a Seoul. Dicho virus se filtrará en dicho tren poniendo a muchos de esos pasajeros entre la espada y la pared. Es vivir o morir. Un padre y su hija se verán envueltos en esta turbulenta y sangrienta historia y unir fuerzas con los supervivientes para salir con vida de tal situación.

Un film sumamente entretenido, que tuvo un enorme éxito por parte de público y crítica y una gran acogida a nivel mundial. En el Festival de Sitges se llevó premio a mejor director y mejores efectos especiales.

Existe una precuela de animación titulada Seoul Station que se lanzó en 2017 y que también dirigió Yeon Sang-ho. En los próximos meses está previsto que se estrene Península, una secuela -con nuevos personajes y escenarios- más grande, más salvaje y con más zombies. Asimismo, el remake estadounidense ya se encuentra en preproducción.

No puedo acabar el artículo sin marcarme un extra con un film que debido a sus muchas virtudes se merece entrar en la lista…

AUDITION

Audition (crítica aquí) es una mezcla letal de drama, thriller y terror oriental dirigida por Takashi Miike (Llamada Perdida) y estrenada en 1999.

Narra la historia de un hombre viudo de mediana edad llamado Aoyama, que, aconsejado por un amigo, realiza un casting falso con el pretexto de buscar una actriz; en realidad, pretende encontrar a una mujer con la que compartir su vida. Tras dicho casting, se fija en una joven tímida llamada Yamazari Asami que tiene experiencia en el ballet… y en algo más.

Esta cinta causó gran revuelo y controversia hasta el punto de ser censurada y retirada de todas las salas de Estados Unidos; no es casualidad que acuñara el término torture porn, una evolución del gore o el splatter al que se han adherido otros films como Saw de James Wan (Insidious, Expediente Warren) o Hostel, de Eli Roth, que hizo oficial su amor por la obra de Miike al darle un breve cameo en su éxito de culto.

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