Wes Craven, gracias por las pesadillas.

El mundo del fantástico y del terror se viste de luto. Wes Craven nos ha dejado a la edad de 76 años,  tras una dura batalla con el tumor cerebral que padecía en secreto. Así, de forma abrupta, nos despedimos de una de las leyendas del cine de terror cuyo legado permanecerá para siempre en el corazón de los fans del género.

Craven nació en Cleveland, Ohio, en 1935.  Antes de empezar a trabajar en la industria del cine como editor de sonido para una empresa de post-producción de Nueva York, impartía clases de inglés en el Westminster College y fue profesor de humanidades en Clarkson College of Technology (Universidad de Clarkson en la actualidad) en Potsdam, Nueva York.

A mediados de 1972 escribió, dirigió y editó su primera película, La última casa a la izquierda, una polémica rape and revenge que se convirtió en un clásico de culto instantáneo. Le siguió un film erótico titulado The fireworks woman -dirigido bajo el pseudónimo Abe Snake-, pero algo más memorable sería su siguiente incursión en el terror puro y duro: Las colinas tienen ojos, una inteligente alternativa a La matanza de Texas ambientada en el desierto cuya secuela dirigiría unos cuantos años después.

Sin embargo, el reconocimiento total no llegaría hasta 1984, el año de Pesadilla en Elm Street. El año de Freddy Krueger. La llegada al cine del monstruo onírico interpretado por Robert Englund supuso una exitosa conclusión a las idas y venidas de Craven por todos los estudios de Hollywood, quienes no terminaban de ver el potencial de la propuesta. Finalmente fue Robert Shaye de New Line Cinema quien dio luz verde al proyecto del director de Ohio (en cambio, éste debía ceder los derechos del villano a la productora para explotar su imagen en futuras secuelas). Pese a estar muy ligado al personaje, Craven solo regresó a él en dos ocasiones más: una en 1987, escribiendo junto a Bruce Wagner la maravillosa Pesadilla en Elm Street 3: Los guerreros del sueño; y otra en 1994, poniéndose al cargo de la muy interesante La nueva pesadilla de Wes Craven, sin duda alguna una joya a reivindicar.

Wes Craven

A finales de los 90, Craven unió fuerzas con el guionista Kevin Williamson en Scream: vigila quién llama, el punto de inflexión de un género -el slasher adolescente- que necesitaba oxígeno. Ghostface, el asesino del metacine oculto detrás de una máscara inspirada en El Grito de Edvard Munch, se convirtió en el nuevo icono del miedo juvenil; Scream 2 (1997), Scream 3 (2000) y Scream 4 (2011) recaudaron más de cien millones de dólares. En la actualidad, Craven era uno de los productores ejecutivos de la adaptación televisiva de la franquicia para MTV.

Con la historia real de la violinista Roberta Guaspari, el creador de Freddy Krueger desconectó del género fantástico en el drama Música del corazón (1999), una producción que le regaló a Meryl Streep una nominación al Oscar. Ese mismo año, se publicaba su primera novela publicada por Simon & Shuster: The Fountain Society.

Otros trabajos suyos que no podemos olvidar son La cosa del pantano (1982), Amiga mortal (1986), La serpiente y el arco iris (1987), Shocker (1989), El sótano del miedo (1991), Un vampiro suelto en Brooklyn (1995), Vuelo nocturno (2005) y Almas condenadas (2010). Entre sus proyectos futuros se encontraba el segmento Thou Shalt Not Kill para la miniserie de los hermanos Weinstein Ten Commandaments.

Descanse en paz, maestro.