Uwe Boll es uno de esos nombres que no se olvidan. Considerado uno de los peores directores de la historia, el alemán se encargó él solito de destrozar algunas licencias de videojuegos como House of the Dead, Alone in the Dark o Far Cry en su paso al cine a principios de siglo.
Durante los últimos años, Boll ha estado involucrado en proyectos pequeños como Assault on Wall Street o la trilogía Rampage (inolvidable su «Que os jodan» al fallar el Kickstarter de la tercera entrega); hoy, en una entrevista a Metro, anuncia su retirada debido a la imposibilidad de producir las películas que desea hacer.
«El mercado está muerto, ya no puedes sacar dinero de estas películas porque el mercado internacional del DVD y Blu-ray ha disminuido un 80% estos últimos tres años. No puedo permitirme hacer películas.
La gente nunca me ha dado dinero para hacer una película. Produzco mis películas desde 2005 y si nunca hubiera hecho esas estúpidas películas basadas en videojuegos, nunca habría conseguido el dinero para decir: «Hagamos esa película sobre Darfur» (Darfur: Desierto de Sangre, directa en vídeo en 2009). No necesito un Ferrari, no necesito un yate. He producido mis propias películas y he perdido dinero».
En abril de 2008, Boll prometió retirarse si la petición online que pedía su aislamiento del mundo del cine alcanzaba el millón de firmas. Se legó a 353,835 firmas.
Uwe Boll se encontraba trabajando en nuevas secuelas cinematográficas de BloodRayne y Postal. Su afición al séptimo arte le viene de muy pequeño, cuando vio a Marlon Brando en la cinta de 1962 Rebelión a Bordo. Son conocidos sus insultos a Eli Roth y Michael Bay, tachándoles de «inútiles» y retándoles a un combate de boxeo (terreno en el que, por cierto, se mueve muy bien nuestro amigo).
Actualmente es el gerente de un restaurante de Vancouver llamado Bauhaus que cuenta con la ayuda del chef Stefan Hartmann.