A lo largo de las últimas décadas el cine ha sufrido una serie de transformaciones que han dado paso a nuevos movimientos dentro de las muchas y diferentes vertientes que abarca. Esto ha pasado inevitablemente (y para bien) en un buen número de países.

De hecho, si bien recordaréis, en un artículo anterior precisamente hablábamos del auge que el cine oriental, en especial de terror, ha tenido en estos últimos veinte años así como su influencia y repercusión en otras culturas. Una nueva forma de expresión a fin de cuentas, con la que afrontar problemas reales de la sociedad enmascarados bajo grandes dosis de terror, fantasmas y otras criaturas venidas de su legado y de tradiciones ancestrales.

Otro ejemplo más cercano lo encontramos aquí mismo en España. El cambio de siglo ha supuesto para el Séptimo Arte patrio una ruptura paulatina de lo antiguo hacia lo nuevo. Además del auge y consagración de nuevos directores como el caso por ejemplo de Amenábar o Bayona entre otros, los autores ya más veteranos han sufrido también una metamorfosis en su manera de abordar las historias, emplear nuevas técnicas o incluso de atreverse con otros temas que antes no se trataban de la manera que ahora se hace. Una buena muestra de ello es Pedro Almodóvar, que tras haber superado una primera etapa más experimental, pasó a ahondar en cuestiones más profundas. Como modelo de ello encontramos su drama intimista Todo sobre mi Madre. Una historia de pérdida y búsqueda que lo elevó y le granjeó el Oscar a mejor Película Extranjera. Desde ese momento, el director extremeño comenzó a penetrar en la psicología y el drama de personajes en su mayoría mujeres, muchos más complejos, mientras que iba introduciendo pequeños recuerdos propios a modo de guiños hasta llegar así su trabajo más íntimo, y en parte biográfico, Dolor y Gloria.

No es el único por supuesto, de hecho las mujeres empezaron a reivindicar su papel y a enfrentar temas vistos desde el prisma femenino. Un ejemplo de alguna de ellas es Icíar Bollaín, la cual en 2003 sorprendería al público tratando, como decía antes desde los ojos de las sufridoras en este caso, de la violencia de género en el film Te Doy Mis Ojos.

Por supuesto, también hubo un repunte importante en otros géneros, en este caso uno de mis preferidos, y sobre el que trata este artículo. Sí, amigos y amigas: el terror. Directores como Paco Plaza, Jaume Balagueró (autores de la saga [·REC]) o Nacho Vigalondo con Los Cronocrímenes, son una buena muestra de ello. Así pues y como era de esperar después de todo lo visto, el cine de nuestro país vecino, lógicamente no iba a ser una excepción.

De hecho, en pleno siglo XXI emergió en Francia una corriente nueva conocida como Nuevo Extremismo Francés o New French Extremity. Curiosamente este término es empleado para conocer una serie de cintas sobre todo asociadas al género de terror, aunque en realidad es mucho más complejo y abarca muchas más vertientes, ya que esta denominación nació unos años antes de que este tipo de producciones se apropiaran de él. Un calificativo -acuñado por el crítico James Quandt– que surgió a raíz de un artículo publicado en la revista Artforum en 2004. Dicho texto nació como una crítica sobre lo que era correcto representar en la pantalla en cuanto a lo extremo se refería, separando el arte del “mal gusto” y el uso abusivo sin necesidad de determinados elementos.

Tanto es así, que inicialmente el conocido como Nuevo Extremismo Francés era utilizado erróneamente para hacer referencia a este tipo de filmes como un calificativo despectivo. Valorando así estas cintas como trabajos de segunda, y menospreciando de paso, a sus creadores. Algo totalmente falso a mí parecer, ya que una gran cantidad de producciones que abarca este adjetivo son de una enorme calidad. Y ya no solo eso, sino que a menudo abordan y exploran temas poco “tocados”, siempre asociados al momento en que se encuentra el país y en el que dicha producción se realiza,  normalmente utilizados como modo de crítica o denuncia política o social.

Aun así, si nos ceñimos a la realidad, como comentaba antes, el Nuevo Extremismo Francés surgió unos años antes de la llegada del nuevo siglo. Concretamente a finales de los noventa. Jóvenes directores como Gaspar Noé, Claire Denise o François Ozon entre muchos otros, realizaban largometrajes transgresores que sobrepasaban la línea marcada hasta ese momento en el Séptimo Arte, en cuanto a la violencia y lo explícito se refiere. Una nueva corriente de hacer películas, provocativa y tan atrayente como motivo de repulsa por parte de una buena parte de los espectadores.

No obstante, como decía antes, el cine de terror se hizo un hueco importante con el tiempo en este nuevo género ganando un gran número de adeptos. Un buen número de cineastas como Alexandre Aja, Pascual Laugier, Xavier Gens o Marina de Van entre otros, han cosechado tremendos éxitos y lo siguen haciendo a día de hoy con sus producciones.

Las temáticas que más se asocian al Nuevo Extremismo Francés son la violencia y el sexo, así como las preocupaciones del ser humano por su físico y la manera en que lo ve la sociedad que le rodea. Otros temas relevantes y muy abordados son la invasión del hogar o incluso el miedo a los demás (el Otro).

Es por ello, que no es casualidad que en numerosas ocasiones al terror nacido a raíz de esta vertiente se le asocie con los slashers, el cine de venganzas o el gore. De hecho, algunos expertos afirman que es el gore precisamente es su antecedente temático y eje más importante. Al igual que se hace alusión a estos sub-géneros como clara influencia, también señalan la figura de David Cronenberg (Vinieron de Dentro de…, Cromosoma 3, Scanners) como una pieza clave, como referente de muchos directores de esta nueva manera de hacer cine.

Por todos estos motivos, es un género que me atrae enormemente. Supongo que en la variedad está el gusto. Y por ello que a continuación pasaré a hablaros de ocho filmes que a mi parecer, representan muy bien este género salvaje, en ocasiones lascivo y sangriento que adoro. Pero que como ya he mencionado antes, no solo se queda en eso. Sino que oculta un buen número de mensajes que podréis descubrir si sabéis leer entre líneas.

Eso sí, os aviso. Por desgracia, en España hay pocas distribuidoras que se atrevan con este tipo de cine. Por lo que tendréis que conformaros con verlas en versión original subtitulada. Algo que para nada les resta atractivo.

ILS (ELLOS)

Clémentine, profesora en el Liceo Francés de Bucarest, y Lucas, que es novelista, son una feliz pareja que vive en una enorme casa situada en medio de un bosque. Lo que ellos ignoran es que les están espiando, acechando. Al caer la noche, descubrirán que «ellos» están ahí, en todas partes, hasta en su propia casa.

Empezamos con un film estrenado en 2006, con guion y dirección de dos cineastas: David Moreau y Xavier Palud, quienes posteriormente se encargarían de llevar The Eye (de la cual ya hablamos en el artículo sobre terror oriental) a Hollywood.

Ils, además de abordar uno de los temas más recurrentes de este subgénero como es la invasión del hogar, cuestiona a los espectadores sobre qué hace estallar la lucha entre la inocencia y la maldad, su origen o hasta qué punto en una sociedad civilizada estamos a salvo de la barbarie.

Una cinta de las más light en este viaje por el Nuevo Extremismo Francés, pero necesaria para entender su base y temática. En su momento me causó una agradable sensación.

HAUTE TENSION (ALTA TENSIÓN)

La joven Marie es invitada a pasar unos días en la casa de los padres de su mejor amiga Alexia, una granja aislada y rodeada de campos de maíz. Las dos chicas piensan que allí encontrarán la tranquilidad necesaria para poder estudiar. Pero sus esperanzas son vanas. De noche llega a la casa un sádico asesino con la intención de matar a todos.

Alexandre Aja (responsable del remake de Las Colinas Tienen Ojos, Reflejos, Horns o Infierno Bajo el Agua y uno de mis directores predilectos), se encumbró en el cine de género a nivel internacional gracias a este clásico contemporáneo.

Conviene detenerse en sus temas subyacientes, principalmente esa manera de reivindicar el abandono que a menudo sufren las personas con problemas mentales a las que no se les presta la ayuda que necesitan -y que deriva a eventos terribles-. La realidad, como sabéis, supera la ficción.

Alta Tensión no decepciona en sus intenciones y os animo a descubrirla (o recuperarla) si lo que queréis es tensión de la buena (nunca mejor dicho), con violencia, sangre y como la mayoría de películas que abordo en el este artículo, una profunda denuncia social.

GHOSTLAND

Una madre y sus dos hijas heredan una casa. Pero en su primera noche, aparecen unos asesinos y la madre se ve obligada a luchar para salvar a sus hijas.

El film más reciente que abordaremos en estas líneas si bien no es una producción francesa, sí tiene a un director galo al frente (Pascal Laugier, autor de Martyrs) y reúne todos los elementos característicos de este género, sirviendo así como una actualización del Nuevo Extremismo Francés.

Laugier regresa a la violencia como lenguaje principal para contar su historia y expresar su historias, aunque esta vez la utilice de forma más recatada. Ghostland aborda no solo la invasión del hogar, sino también el efecto y consecuencias en las personas de hechos traumáticos y la fragilidad de sus mentes. Una cinta que creo es indispensable en este artículo, y la cual estuvo presente en estuvo en el Festival de Sitges de 2018.

FRONTIÈRE(S) (FRONTERA)

https://www.youtube.com/watch?v=ptoxOBTqTD8

Año 2007. Las elecciones francesas se resuelven entre un partido conservador y otro de extrema derecha. La banlieue ha estallado en protestas, y un grupo de jóvenes han decidido aprovechar el tumulto para perpetrar un robo. Un hostal aislado parece ser el refugio perfecto, pero sus problemas no han hecho más que empezar cuando descubran que sus propietarios son un grupo de degenerados neonazis.

Nos vamos adentrando lentamente en el cine que mejor define el Nuevo Extremismo Francés como tal, en su faceta más cruda y encarnizada. Dirige Xavier Gens, otro reconocido director que a raíz de este film realizó numerosas producciones para otros países -a destacar la adaptación cinematográfica de La Piel Fría, conocidísima novela del autor patrio Albert Sánchez Piñol.

En Frontières hay espacio para el sexo, la locura, la tensión y el desenfreno en una enorme carga visual de brutalidad que pone la piel de gallina (también hay lugar para el canibalismo o el nazismo a través de uno de los personajes); me recuerda, en ciertos aspectos, a clásicos como La Matanza de Texas o Las Colinas Tienen Ojos. De nuevo, una historia no apta para todos los estómagos, llena de giros inesperados y con más de un dardo a la extrema derecha.

LIVID (LIVIDE)

Es el primer día para la joven Lucy como cuidadora. Su primera visita es la anciana señora Jessel, que está en coma cerebral y sola en su gran mansión. Lucy descubre por casualidad que la señora Jessel había sido una profesora de baile de gran fama, y que tiene en la casa algún tipo de tesoro escondido. Así que junto a sus amigos William y Ben, en la noche de Halloween, deciden buscar en la casa con la esperanza de encontrar algo de valor. De noche entran en la casa, que cada vez se presenta más extraña, pero su búsqueda del tesoro acabará desembocando en una serie de sucesos sobrenaturales terroríficos que cambiarán para siempre a Lucy.

Seguimos sumergiéndonos en la cada más oscura y asfixiante vertiente que abordamos en este artículo. Livid es nuestra primera aproximación en este artículo a Alexandre Bustillo y Julien Maury, de los que hablaremos más tarde.

Sí, el film pertenece al género que nos concierne en estas líneas, pero también forma parte de otra denominación empleada en Francia para este tipo de cine, Nouvelle Horreur Vague. Un término acuñado y que viene originariamente de los años cincuenta (cuando el cine francés trataba de competir con las grandes producciones de Hollywood), y que en definitiva viene a ser lo mismo: añadir un estilo propio y aportar una nueva mirada al cine, en este caso de terror. Por eso se pueden adherir la mayoría de films de los que estamos hablando (por no decir todos los que encuadramos dentro del Nuevo Extremismo Francés). En definitiva, y como nota predominante, un cine brutal, intenso, furioso y sangriento, como sello propio de identidad.

Livid, aunque inicialmente se aleja un poco de los estándares de la oleada de films que se pueden encuadrar en esta vertiente, posee otros elementos dignos de mención. Si bien es cierto, que los propios directores afirmaron que era un homenaje al cine giallo o incluso a los grandes clásicos de la Hammer (con esa atmósfera gótica y tenebrosa), es inevitable que algunos de sus componentes la encuadren en este género que tocamos aquí. Hay secuencias tan malrolleras como sublimes cuyo coqueteo con la brujería y el vampirismo trazan un cuento de hadas retorcido en el que, en este caso, nada acaba bien.

Por supuesto y ya para acabar, tampoco falta en ella la crítica. En este caso a la codicia, pero también al modelo social preestablecido que empuja a los jóvenes a la delincuencia como única salida para prosperar y alcanzar cotas más altas.

RAW (CRUDO)

Justine, una joven de 16 años, vive en una familia donde todos son veterinarios y vegetarianos. Es una estudiante brillante y prometedora, pero al ingresar en la facultad de veterinaria descubre un mundo decadente, despiadado y peligrosamente seductor. Durante la primera semana, obsesionada por encajar con sus compañeros de clase, se aleja de los principios que le han inculcado su familia, y come carne cruda por primera vez. Las consecuencias no tardan en llegar, y la joven empezará a desvelar su verdadera naturaleza.

Sobre el «yo», o la importancia de la imagen que damos hacia los demás, orbita esta famosa película dirigida por Julia Ducournau de la que ya os hablamos en su día; su título, además, no engaña a nadie. Raw (Crudo), una de las películas más potentes de 2016 a nuestro parecer, es otra delicia no apta para aquellos con estómagos sensibles, pero necesaria e imprescindible. A destacar la gran interpretación de Garance Marillier, que compone una Justine llena de matices que hace de ésta una de las mejores obras del Nuevo Extremismo Francés más reciente.

Á L’INTÉRIEUR (AL INTERIOR)

Una mujer embarazada y viuda, cuyo novio ha fallecido recientemente, pasa la noche de navidad a solas, completamente afligida por la pérdida del padre de su bebé, cuando una extraña se presenta en su casa… 

Nos vamos acercando al final, y de esta manera a las dos películas tal vez más salvajes, brutales y explícitas de toda esta lista. Aunque por otro lado, quizás también las que posean más tonalidades (empleando un técnico pictórico) y giros sumamente interesantes.

Volvemos a encontrarnos a los enfants terribles Alexandre Bustillo, Julien Maury en su debut del año 2007; temas como la invasión del hogar, la venganza, el deseo, y también la culpa, tienen cabida a lo largo y ancho de un metraje donde el color predominante es el carmesí. Con la sangre, las vísceras y la casquería, Bustillo y Maury expresan la fuerza y la furia necesaria de un ser humano a raíz de un trauma profundo como puede ser una pérdida de un ser querido. Sus directores no se andan con las ramas: de la manera más explícita posible, cada plano narra de forma minuciosa, de la manera más fiel posible, las distintas temáticas a la que pretenden encararnos.

De hecho, conviene señalar que Á L’Intérieur (Al Interior) tiene una de las escenas más míticas de esta sección: el poster ya nos da algunas pistas.

MARTYRS (MÁRTIRES)

https://www.youtube.com/watch?v=WDijun898T4

En Francia, a comienzos de 1970, Lucie, una niña desaparecida un año antes, es vista mientras camina por una carretera. Se encuentra en estado catatónico y es incapaz de contar nada de lo que le ha sucedido.

Llegamos al clímax final con una cinta que en su momento me fascinó y que por tanto, ocupa el número uno en mi lista de preferidas.

Martyrs, la original estrenada en 2008. La de Pascal Laugier, director del que ya hemos hablado más arriba y creo que no es necesario volver a presentar. Recalco esto porque de esta cinta se realizó un remake americano en 2015 en mi opinión bastante pobre y que deja a un lado todos los alicientes del original para centrarse simplemente en la violencia gratuita.

Es éste un largometraje no apto para estómagos sensibles, que pone a prueba constantemente al espectador. Una cinta muy polémica en su momento que aborda temas como la venganza, la locura y el ansia de conocimiento a toda cosa. Con una excelente fotografía, grandes efectos especiales, y un guion repleto de sorpresas, hacen de ella una obra que podríamos catalogar, siempre desde mi punto de vista, de culto dentro del Nuevo Extremismo Francés.

Con esto llegamos al final de este artículo. Por supuesto hay muchas obras que se han quedado fuera de esta lista. Algunas porque no encajaban del todo en la temática, que en esta ocasión es el terror. Otras, simplemente por motivos de espacio. Aunque que conste que esto daría para varios artículos más.

No obstante, si después de esto os habéis quedado con ganas de más, os dejo algunas recomendaciones que pueden resultaros también de lo más interesantes: Trouble Every Day, Sheitan, Irréversible, Enter the Void, Baise-Moi (Fóllame), Deep in the Woods, o Saint Ange (El Internado). Todas ellas se enmarcan dentro del Nuevo Extremismo Francés, pero desde los diferentes prismas en los que esta vertiente se mueve.