Desde el estreno de la nueva versión de Escuadrón Suicida, el nombre de su autor, James Gunn ha recorrido las redes y los medios de todo mundo en piezas que analizan su pasado, su presente y su futuro como realizador. Era inevitable: autor de dos megaéxitos de Marvel, despedido por la propia Disney en una campaña insulsa para blanquear la imagen del ratón de cara al purismo más descarado e hipócrita y, en la actualidad, uno de los personajes más queridos y arropados por la industria. Pero todos tenemos un pasado oculto, en ocasiones no muy limpio y angelical, como el de aquellos de nosotros que pasábamos las tardes muertas en Plaza de España escuchando nu metal y hablando de Boku No Hero (que no Boku No Pico, ojo); Gunn no es una excepción, y si bien no se le vio en los alrededores de Plaza de España, antes de filmar esas bellas space opera cuquis y molonas, si tuvo su especial periplo con el mundo del cine más macarra y chabacanero: guionista del remake del clásico zombie de Romero, Amanecer de los Muertos; autor de la oda a la serie B gore y descarada Slither; creador de la webserie PG Porn, donde parodia esos momentos previos del mundo del porno al acto de la unión carnal; mente desquiciada que dio luz a Super, casi un adelanto en forma de sátira de su introducción en el mundo de los superhéroes… pero bajo la mirada del Gunn más perverso. ¿Hemos dicho que también fue el guionista de los live-action de Scooby-Doo? Y como olvidar su Movie 43, película episódica loca, repulsiva y con un gusto por lo repelente casi sacramental… En este punto es donde muchos se preguntan: “¿Cómo pudo el creador de Guardianes de la Galaxia dirigir ese segmento donde un gato cartoon se masturba con fotos de su dueño?”. La respuesta es sencilla: Troma Entertainment.

En los artículos mencionados anteriormente, junto al nombre de Gunn ha aparecido inevitablemente otro que quizá sea menos conocido para el gran público: Lloyd Kaufman. Y junto a Kaufman, su criatura: Troma. Pero, ¿qué es todo esto? ¿Quiénes son Kaufman y esa Troma? Si uno busca en internet una fotografía actual de Lloyd Kaufman tiene la impresión de estar viendo a un vendedor ambulante de aspiradoras, con esas americanas de franela y pajaritas horteras que ríete tu del aspecto de académico de Oxford de Roger Corman. Pues este apacible señor es el responsable de cientos de mutilaciones, muertes por aplastamiento, creaciones mutantes, mopas mortales, penes monstruosos, madres psicópatas, abuelas caníbales, larvas gigantes… todo bañado en baba verde viscosa y espumeante y atrapado en fotogramas de celuloide. Todo este catálogo de sutilizas aparecieron bajo el sello Troma Entertainment, nombre de su productora y co-fundada junto con ‎Michael Herz, otro nombre fundamental al que volveremos más adelante. Pero antes de entrar en detalle y enseñar al mundo esa criatura envuelta en sangre, líquidos embrionarios y placenta, empezaremos por el principio.

Lloyd Kaufman fue un estudiante de Yale y como mandan los cánones del estudiante hortera de Yale, nuestro Lloyd vivía enamorado de los musicales de Broadway. Por entonces era poco conocedor del mundo de cine y su vida parecía destinada a acabar sus estudios de Sinología y convertirse en un erudito de biblioteca de los idiomas. Si todo hubiera seguido su curso, Kaufman sería un traductor de biblias que riega sus plantitas a la luz de un sol de tarde en un caluroso día de verano y que lee a Walker Percy, mientras contempla su parcelita de clase media pagada a plazos. Sin embargo, en los libros estaba escrito que ese no sería su camino, a pesar de que, una vez conociera el néctar de la magia en 35 milímetros, sus intenciones de realizar un cine cazurro y sazonado de viscosidades humanas pudiera parecer lejos de sus intenciones; para ser más concretos, la película que lo empujó a enamorase del medio fue Ser o no Ser. Seamos sinceros: una vez el inexperto jovencito confuso se acerca a la obra de Kaufman y videa con sus inocentes ojitos a niños con cabezas aplastadas, pollos zombies partir a gente por la mitad o penes gigantes parlantes (leitmotiv bastante común en Tromaville), lo último que espera oír es que su autor tuviera su primer flechazo cinematográfico con Ser o no ser aka la reina de la sutileza visual.

Como íbamos contando, después de descubrir su amor por el cine, a finales de los años 60, decide realizar The Girl Who Retorned, película camp que sigue la estela de las nudie cuties, películas sotfcore acuñadas por otros de los padres de la serie B y el cine independiente: Russ Meyer, autor de Faster, Pussycat! Kill! Kill! o Supervixens. Los beneficios que obtuvieron con ese primer acercamiento al cine le llevaron a realizar su siguiente obra: La Batalla de los Sexos. Todo esto ocurría mientras Kaufman trabajaba como ayudante de producción en la Cannon Films… sí, esa Cannon Films, la de The Delta Force, El Justiciero de la Noche, Cyborg, Masters del Universo… De hecho, de ese breve affaire con la Cannon nació su amistad con John G. Avildsen, director de la futura Rocky, que en ese momento creaba para la productora israelí Joe, película para la que Kaufman trabajó como ayudante de producción. Para más información sobre estos vericuetos y demás colonoscopias, es muy recomendable el libro que acaba de publicar la editora Applehead Team, Todo lo que Siempre Quise Saber sobre Cine lo Aprendí de El Vengador Tóxico, escrito por el propio Kaufman en colaboración con James Gunn.

Sus pinitos en otras producciones no acaban ahí: trabajó como un esclavo en la línea de producción y localización en la mentada Rocky, Fiebre del Sábado Noche, Mi Cena con André, The Final Countdown… Todos estos puestos le dieron a Kaufman el dinero y la experiencia suficiente para poder realizar sus futuras películas y salvar la situación en la que se metió al formar una pequeña sociedad con Herz, amigo y compañero de universidad y Ami Artzi, productor israelí que conoció en la Cannon. Tras el relativo éxito de La Batalla de los Sexos a principios de los años 70, siguieron el mismo rumbo con la producción de Sugar Cookies (sutilmente llamada en España Lesbianismo Asesino de 1973), que además supone uno de los primeros títulos en producción de Oliver Stone; a esta le siguió Big Gus, What’s the Fuss?, película con que la que Kaufman se siente muy unido: “Cada día que pasaba deseaba que me desollaran vivo». La película rodada en Israel supuso un sonoro guarrazo en todos los sentidos: perdida de control creativo, cambios de guion, un fracaso de taquilla y un doloroso etc. Este varapalo hizo que se disolviera la relación de Artzi con Kaufman y Herz.

Finalmente, Kaufman siguiendo el modelo de otros coetáneos como Roger Corman, fundó Troma Entertaiment. Corman en ese momento seguía siendo la cantera de la que salían auténticos maestros de cine y su sistema de producir películas y distribuirlas ha pervivido hasta el presente, con cierta plataforma streaming adoptando su modelo de producción en masa. Al comienzo del sello Troma, Kaufman dirigió y produjo cuatro obras que se consideran la primera etapa de la casa: las comedias sexys con exclamación al final del título. Así nacieron Squeeze Play!, Waitress!, Stuck on You! y The First Turn-On!, películas camp al amparo del enorme éxito de Nacional Lampoon’s Animal House y que los más fans de esta productora no recuerdan en exceso pero que sentaron varias bases de lo que luego sería la industria del moco verde: las estratagemas de venta, la distribución y los desnudos gratuitos que producen carcajadas muy voluntarias. Sus intentos por encontrar un nicho de mercado lo llevaron a intentar llevar a buen puerto un guion que escribió con su buen amigo Stan Lee a finales de los años 70… Sí, el mismo señor de Spider-Man, Los Cuatro Fantásticos, Hulk… Porque resulta que este señor era un buen amigo de Kaufman. Pero no hubo suerte.

Tuvieron que pasar unos años hasta que llegara el bombazo definitivo, el raquetazo final, la puñalada trapera frontal. Su entrada al éxito y confirmación en el mundo de la cultura pop llegó en 1982 con la aparición estelar de una de las obras más recordadas, aplaudidas y veneradas por cientos de frikis de todo el mundo: El Vengador Tóxico. La historia de un pobre empleado de la limpieza de un gimnasio de culturistas que es constantemente maltratado y vejado, que al caer en un bidón de residuos tóxicos se transforma de una criatura deforme musculada. Mocho en mano, se dispone a limpiar la ciudad de maleantes de las formas más sangrientas inimaginables. Como breve apunte, recordemos que para algún momento de 2022 tendremos su reboot de la mano de Macon Blair, ojito derecho de Jeremy Saulnier (director de Green Room y Blue Ruin) y director de la curiosa Ya no me Siento a Gusto en este Mundo. Kevin Bacon y Elijah Wood serán los villanos de la función.

Esta locura lanzó a los altares más altos a Kaufman y su equipo, construyendo una seña de identidad propia y la marca Troma: gore a raudales, dosis muy altas de comedia negra, sexo sin tapujos más divertido y raruno que provocativo; en resumen, la peineta definitiva a las grandes majors que, a ojos de Kaufman, solo ofrecían productos puristas y endebles como Pretty Woman que “daban a mis hijas la imagen de que la vida de una puta no está mal”. Sin pelos en la lengua, Kaufman se convirtió en un emblema de culto entre el fandom de serie B, así como su Tromaville, la ciudad ficticia donde viven todas sus criaturas y son masacradas cada día en esas defenestraciones cinematográficas. Porque lo cierto es que este cariño incondicional a Kaufman y el mundo de la Troma no nace por la calidad de sus películas ni por sus actuaciones ni por sus implicaciones artie pedantes, sino por su honestidad a la hora de hacerlas porque “quizás nuestras creaciones sean basura, pero es basura por la que sentimos enorme cariño”. Por esto y mucho más, gracias Lloyd.

Ah, lo olvidaba: a Kaufman también se le puede encontrar en cualquier obra de James Gunn, dese Slither hasta la nueva Escuadrón Suicida. Cosas de la amistad, que uno se compromete y tiene que tragarse todas las m****** que te propongan tus colegas por muy chungas que sean.

Y como lo prometido es deuda, estas son las películas que, a nuestro juicio, resumen muy bien qué es la Troma, quién es Lloyd Kaufman y de dónde viene James Gunn.



POULTRYGEIST: NIGHT OF THE CHICKEN DEAD

Un establecimiento de comida rápida es construido encima de un cementerio indio, por ello no pasará mucho tiempo hasta que la venganza de ultratumba se manifieste a través de pollos gigantes zombie.

En 2006, todos conocían a Kaufman, qué era Kaufman y qué hacía Kaufman. Bueno, quizá no todos, y para ellos está obra tuvo que suponer un viaje a los intestinos más retorcidos de la Troma y un shock: números musicales de sándwiches gays (el amor de Kaufman por los musicales nunca se desvaneció), gore cafre y bromas escatológicas que retorcerán alguna que otra tripa (ese cadáver y ese señor curioso explora-orificios…) conforman un divertimento políticamente incorrecto con el que la Troma daba muestra de no haberse fatigado en pleno siglo XXI.

TERROR FIRMER

Si aun no tienes la reedición de libro anteriormente mencionado de Applehead Team, ya puedes ir pensando en adquirirlo porque esta película… ¡Fue su adaptación! Ni pies ni cabeza. ¿Cómo se puede hacer de un libro de memorias donde se habla del recorrido cinematográfico de un director y productor… una película macarra, violenta, sangrienta, con algunas de las escenas sexuales más retorcidas, donde se exponen mofas baratas del cine de Spielberg y con Lemmy, el cantante de Motorhead, en su reparto?

Pues se hizo, y gracias a la inestimable ayuda de un joven guionista en ciernes: James Gunn. Su humor negro pasado de rosca y las ganas de escribir locuras perversiones, le dieron una oportunidad en la casa de la espuma verde. Su unión no pudo ser más provechosa.

COMBAT SHOCK

Un veterano de la guerra de Vietnam malvive en los bajos fondos, mientras su turbado pasado lleno de torturas lo remueven una y otra vez.

Una de las grandes desconocidas y menospreciadas de la factoría Troma Kaufman aun la considera una obra maestra a descubrir. Muy alejada de los cánones a los que un fan de la productora estaría acostumbrado, la trama habla con seriedad sobre los efectos de la guerra y el abandono de los derechos de todo ser humano condenado a vivir en la violencia. No en vano, ha llegado a ser comparada con Taxi Driver, aunque las limitaciones son evidentes, su regodeo en la suciedad y en la perversión son mayores y la carga de violencia que hace gala en su última parte del metraje son bastante más notorias.

EL MONSTRUO DEL ARMARIO

Unos extraños asesinatos hacen saltar las alamas de todo un vecindario, pero todo se complica cuando se revela la existencia de un terrorífico monstruo que vive en los armarios.

Un clásico. Típica película que podías encontrar en el videoclub de tu barrio o en la sección de DVDs de la biblioteca municipal. Unos efectos prácticos alucinantes, un diseño de la criatura que bien podría ser de lo mejor de los años 80 y un aroma antaño que reconforta en su visionado. No es la animalada que uno podría esperar de la Troma, ya que su aura recuerda a La Mansión del Horror o Una Pandilla Alucinante, pero sigue siendo igual de mona y disfrutable.

EL DÍA DE LA MADRE

Tres jóvenes son secuestradas por una perturbada madre y sus dos hijos que harán con ellas de todo lo inimaginable. Las tres chicas deberán luchar por su vida y escapar de semejante locura sádica.

La Troma se adentra en el slasher de una forma brutal y sangrienta, cuya razón de existencia vive unida al amparo de La Última Casa a la Izquierda y el interés creciente por el rape and revenge y, especialmente, La Matanza de Texas. Sus limitaciones son más que evidentes, pero sus efectos gore y alguna que otra tortura brutal saciará a los fans de la Troma en busca de salvajismo.

TROMA’S WAR

Tras un accidente aéreo, un variopinto grupo de personajes de Tromaville se despierta en una isla donde se está tramando un ataque terrorista contra los Estados Unidos. Por ello, el grupo tendrá que ingeniárselas para acabar con esos maleantes y salvar su país.

La eterna olvidad de la productora, la favorita del propio Kaufman y una muy divertida respuesta a la era Reagan y a la saga Rambo, especialmente Rambo III. Una sátira violenta, pero menos de lo habitual en la casa Troma, razón por la que fue relegada a un puesto de segunda por los fans. Sin embargo, hoy puede verse con una obra con muy mala baba y un dardo envenenado a los pacificadores que buscan la paz a toda cosa (los que hayan visto la nueva Escuadrón Suicida lo entenderán, que por cierto, le debe mucho, mucho a Troma’s War).

MUTANTES EN LA UNIVERSIDAD 2: SUBHUMANOID MELTDOWN

Una empresa nuclear reabre sus puertas y construye una universidad. Pero como uno puede imaginar, mezclar universitarios y residuos tóxicos no es una buena idea.

Secuela de la divertidísima Mutantes en la Universidad que puede verse sin conocer nada de la primera y donde todo es mejor: mejores efectos, más anarquía, más gore, más criaturas, más caos. Una de las mejores películas de la Troma donde la locura está elevada a la quinta potencia.

EL VENGADOR TÓXICO

Como se mencionó anteriormente, la película nos presenta a un pobre limpiador de gimnasio que es maltratado y que al caer en un tanque de residuos se transforma en una criatura hipertrofiada con ganas de sangre.

El emblema de la Troma. La película que los catapultó a la cima. Una obra que superó todas las barreras de los cines grindhouse y la serie B y pasó a formar parte de la cultura popular y el imaginario colectivo. Una crítica acida contra el consumismo, la superficialidad y la corrupción llena de gore, tripas y chorros de sangre que iluminarán a todo aquel que no conozca esta joya. Imprescindible.

EL SARGENTO KABUKIMAN

En una ciudad dominada por el caos y la violencia, surge un nuevo héroe capaz de afrontar la difícil tarea de limpiar las calles de escoria: es Kabukiman, un policía con la capacidad convertirse en un estrafalario héroe que hará todo lo que esté en su mano para lucha contra el mal.

Como ya se ha podido intuir en el El Vengador Tóxico y en la presente obra, la influencia que tuvo Stan Lee en Kaufman es notoria. Y aquí no es menos: una divertidísima comedia con todas las neuras propias de la Troma y un giro que torna la producción en una serie Z adorable y desquiciada. Kabukiman es otro de los personajes emblema de la Troma, siendo sus aventuras por Cannes aun recordadas incluso por Tilda Swinton.

TROMEO Y JULIETA

Los Capulet y los Que, dos familias enfrentadas. Tromeo y Julieta, dos amantes con mal sino. ¿Hace falta decir de qué va esta obra maestra de la Troma? ¿O se lo pueden imaginar?

La cima de la Troma, un tótem redondo y la confirmación de James Gunn como uno de los guionistas más brillantes de la comedia. Una locura de principio a fin: desde Lemmy ejerciendo de narrador de la obra hasta la aparición estelar del pene gigante. Todo funciona, desde los chistes hasta la escatología más repulsiva, conformando una de las comedias más bestias, escandalosas y divertidas de los años 90.

Menciones especiales:

SARDÚ

Producción independiente que Troma adquirió para su distribución. La película es un Grand Guignol enfermizo y vejatorio, en las antípodas del mundo snuff que en su día llegó a ser considerada como una de las aberraciones más repulsivas que había parido el cine. Todo puro marketing, pero es cierto que cuando Troma adquirió la película, la MPAA había cortado las partes más gore para poder distribuirla. El movimiento de la Troma: remontarla con las partes más violentas y exhibirla en salas con el permiso postcensura. Bravo.

MUSICAL CANÍBAL

Basada en hechos reales y situada a finales del siglo XIX, narra la historia de Alfred Packer, unos de los casos de canibalismo más notorios de Estados Unidos. Pero claro, una película basada en hecho reales bajo el punto d vista de Trey Parker (sí, el creador de South Park también empezó en Troma) y la casa del moco verde no podía ser un simple true events. Una película cuyo gore es más contenido y menos salvaje, pero que conforman unos magnífico y macabros números musicales que harán delicias con aquellos busquen alternativas a esos sosos y academistas productos busca Oscars que tanto dominan la palestra musical mainstream.