A pesar de tener tres títulos tan distintos en tres lugares del mundo (No tengas miedo en España, Cobweb en Estados Unidos y Toc toc toc en Hispanoamérica), ninguno recoge por completo la esencia de la película. Cada uno de ellos configura, sin embargo, todas las caras del prisma en el que está atrapado el pequeño protagonista de esta historia.
Peter (Woody Norman) es un niño de ocho años que vive con unos padres un tanto especiales (Lizzy Caplan y Antony Starr) y que en la escuela es hostigado por el abusón de su clase. Mientras lidia con este problema, una noche en vísperas de Halloween comienza a oír golpes tras la pared de su cuarto (Toc toc toc) A partir de ese momento se tejerá sobre Peter una telaraña (Cobweb) de terribles secretos y peligros desconocidos que harán surgir a la luz la peor de sus pesadillas (No tengas miedo).
Samuel Bodin firma su primera película con un guion de Cris Thomas Devlin y con producción, entre otros, de Seth Rogen. Quizá por ser su primera película dentro del género, esta adolece de planos muy oscuros, moviéndose siempre entre las sombras y jugando al despiste para que el espectador solo pueda entrever la pesadilla que se cierne sobre la casa del protagonista. Durante todo el metraje, si bien se pretende que las sensaciones y el terror que experimenta Peter nos retrotraigan a nuestros terrores nocturnos de la infancia, el continuo uso de ese juego de luces hace deslucir algunas secuencias. Por otra parte, este efecto se justifica en el hecho de que la oscuridad va a formar parte de esta historia como si de un personaje más se tratara, convirtiéndola en un cuento de terror de los que se leen a los niños a la luz de una llama, un cuento que nos avisa de que el peligro tiene mil formas y de que puede existir en todo aquello que nos rodea.
Woody Norman, que estrena por estas fechas su última película también de terror (El Último Viaje del Deméter), convence en su papel de niño aterrorizado, decidido a encontrar la verdad. Gracias a una buena interpretación pese a su juventud, Norman nos hace sencillo acompañarle en su tétrica aventura y viajamos con él por los senderos de la desconfianza hacia los adultos y el descubrimiento de aquello que se esconde en la oscuridad.
Lizzy Caplan y Antony Star recrean eficazmente a unos padres cuyo comportamiento oscila constantemente entre la protección paternal y una conducta estricta e irracional. Cabe destacar en su interpretación las expresiones faciales de Caplan que llenan de desasosiego al espectador y le hacen cuestionarse hacia qué retorcidos giros se dirigirá la película.
Cierra el elenco Cleopatra Coleman como profesora preocupada de Peter, papel que representa el realismo y la cordura dentro de un universo donde todo se va a ir desmoronando. La actuación de Coleman consigue que empaticemos con ella y nos veamos representados en el papel de investigadores que intentan salvar al niño y encontrar la verdad.
Con muy pocos elementos, Bodin construye en No tengas miedo su pequeño cuento desgranando los distintos tipos de terror a los que se enfrenta un niño. El bullying escolar, la incomprensión, el secretismo de los adultos, los castigos, la oscuridad e incluso los monstruos debajo de la cama quedan representados en el film y recaen sobre los hombros de Peter que deberá lidiar a la vez con todos ellos para sobrevivir.
Con una atmósfera asfixiante y pseudogótica, el director recrea un mundo de terrores oníricos y como si de easter eggs se tratara, salpica el film de múltiples referencias a Halloween para recordarle al espectador que es precisamente durante esta noche cuando salen los monstruos. De esta forma nos sitúa junto a Peter para entender que las pesadillas solo pueden vivir entre las sombras y que únicamente la verdad puede ser la luz en la oscuridad.
Te gustará si amas los cuentos, el terror gótico y descubrir misterios.
No te gustará si buscas gore, violencia explícita o te da miedo el monstruo que vive bajo tu cama.