Crítica de ‘La Caza’ (2019, Craig Zobel)

La Caza

La caza (The Hunt) es, de forma indirecta, otro de los efectos colaterales del Coronavirus en la industria cinematográfica. Cuando tenía previsto su estreno en cines de Estados Unidos en septiembre de 2019, los tiroteos masivos de Dayon y El Pasoamén del ataque de Donald Trump via Twitter– fueron motivos más que suficientes para que Universal retrasara el estreno debido a la naturaleza violenta del film. La caza llegó a verse en algunos cines estadounidenses en marzo y ahora, debido a la situación actual, Universal Pictures la ha puesto a disposición del público gracias al mercado del VOD.

La caza presenta a un grupo de extraños que un día, sin tener claro por qué, despiertan amordazados y confundidos en medio del bosque; pronto se dan cuenta de que son las presas a cazar en un depravado juego de cacería humana  donde los cazadores son miembros de las altas élites de la sociedad, esas que a veces necesitan tener algo que los demás no pueden tener para poder sentirse más vivos, y, en ese sentido, ¿qué mejor que tener la oportunidad de asesinar a otro ser humano sabiendo que no hay ninguna clase de consecuencias?

Con lo que no cuentan los aspirantes a asesinos cuando llevan a cabo su perversa fantasía es que una de las víctimas tiene las habilidades necesarias para defenderse de manera letal. Resulta muy entretenido ver cómo avanza el juego, que sabe combinar gore, thriller y humor negro con escenas que rayan en lo ridículo, pero que tienen «un algo» que las hace atractivas.

Mientras salen volando partes de cuerpos humanos que son mutilados, rebanados, golpeados brutalmente, perforados e incluso explotan, somos testigos de una ingeniosa sátira -que no debe ser tomada con mucha seriedad- acerca de las constantemente marcadas diferencias que existen entre las clases sociales, al igual que una interesante crítica a la facilidad con la que algunos pueden asesinar o conseguir armas y aquí encontramos también un comentario puntual sobre los ciudadanos estadounidenses que tanto pelean su derecho a estar armados en sus hogares para así sentirse más seguros ante las amenazas a su alrededor.

La caza es una película exagerada en muchos aspectos, es perversamente divertida y exquisitamente violenta, tiene las dosis necesarias de sangre y muertes que resultarán en un festín para los fans del cine gore. Siendo honestos, no es para nada terrorífica, pero sí atrapa la atención de inicio a fin y  para bien o para mal logra encandilar a aquellos que sabían a lo que venían. Con sus defectos, en general funciona bien y vale la pena.