Déjame Salir arranca cuando Chris (Daniel Kaluuya) es invitado a pasar un fin de semana a la casa de sus suegros, los cuales desconocen por completo el color de su raza. Al principio, Chris se sorprende con la tan buena actitud de sus suegros, pero a medida que avanza el fin de semana, se percata de que las apariencias engañan. 

Director: Jordan Peele.
Reparto: Daniel Kaluuya, Allison Williams, Catherine Keener, Bradley Whitford, Caleb Landry Jones, Marcus Henderson, Lakeith Stanfield, Stephen Root. 

Déjame Salir, uno de los títulos más esperados para los amantes del género -y por qué no, del año-, cumple de sobras con todas las expectativas que se tenían acerca de ella. Ofrece un terror convencional mezclado con pequeñas inyecciones de humor, y unos jump scares típicos del género actual que no molestan demasiado y se combinan de maravilla con el terror psicológico con el que Jordan Peele construye su largometraje. Es como si el propio director quisiera introducirnos a nosotros, los espectadores, en ese juego hipnótico que rodea a Chris (interpretado por un Daniel Kaluuya bárbaro) para poner a prueba nuestro subconsciente y arrastrarnos a ese pozo oscuro y profundo en el que cae nuestro protagonista durante su estancia en la casa de sus suegros. 

Peele juega al engaño, a obligarnos a tener que descubrir la verdad que se esconde detrás de una familia que actúa de forma extraña y no permiten que sus invitados se vayan de su casa así como así. El in crescendo solo se puede describir con una palabra: sublime. A medida que avanzan los minutos la trama va haciéndose más y más compleja mostrando la verdadera personalidad de los personajes que componen a la familia de Rose (Allison Williams) hasta llegar a un macabro final que, si bien es verdad que es bastante impactante, podría haber llegado a ser muchísimo más enfermizo. 

Sin duda, junto con La Cura del Bienestar, Déjame Salir es una de las cintas de terror más astutas y eclécticas del año, más teniendo en cuenta su visión del racismo en los Estados Unidos de Trump. Es como si algunos fragmentos de 12 Años de Esclavitud se hubieran colado en el montaje de la película. Pero en el fondo ese racismo tan retrógrada se ve suavizado por las pequeñas dosis de humor que Peele emplea en el guión y por el brillante giro final, que justifica todo lo acaecido alrededor de las personas de color que tienen algo que ver con la familia de Rose.

En pocas palabras y siendo muy directo, Déjame Salir funciona de maravilla.