Angustia a Flor de Piel arranca cuando una joven regresa a su ciudad natal donde debe regentar unos antiguos terrenos que hereda de su madre, recientemente fallecida. El edificio principal es utilizado como asilo para ancianos, cuya situación es financieramente drástica… Pero todo empeora cuando comienzan a suceder muertes que podrían estar relacionadas con el pasado de su madre.
Años 80. El subgénero de terror del slasher se encontraba en su máximo apogeo expresivo tras rupturistas ejercicios de estilo como son La Noche de Halloween y Trampa para Turistas, auspiciados por dos de las películas de terror más emblemáticas de los 70 y que terminarían de configurar los parámetros de este subgénero: Navidades Negras y La Matanza de Texas, ambas de 1974. Para ejemplos posteriores, los creadores de estas truculentas cintas intentaron crear un mix entre los recientes hallazgos de Herschell Gordon Lewis (el padrino del gore) en los años 60; la transición italiana de las cintas giallo y cuya influencia es elemental: véase Bahía de Sangre; y la nueva ola de cintas británicas de terror que ya introducían en su ADN algunos códigos del slasher, como es Nervios Rotos y Acosadas por el Pánico. El terror de los años 80 se caracterizaría por dejar de lado la sutileza y las formas más implícitas para entrar de lleno en el tremendismo, la casquería, el látex y litros de ese líquido rojo que bañarían las salas de cine de medio mundo. Uno de los primeros ejemplos de esta nueva ola es Maniac, cinta que causó una estruendosa polémica que fue traducida en un éxito que barrió las taquillas. Posteriormente llegarían Prom Night (Llamadas de Terror), la tremendamente infravalorada Grito Silencioso o uno de los éxitos oficiales de la edad dorada del slasher: Viernes 13. En 1981, el subgénero goza de una salud extraordinaria con grandes obras como Madman, La Quema, San Valentín Sangriento o El Asesino de Rosemary.
Entonces llegamos a 1982, el año de Mil Gritos Tiene la Noche, de nuestro queridísimo Juan Piquer Simón; en Italia, Fulci ya muestra su transmutación a este subgénero con El Destripador de Nueva York, donde se separa del giallo; desde Canadá nos llega Cortinas, película que tardaría un tiempo en revalorizarse; incluso con el slasher en plena cresta de la ola, empiezan a surgir las primeras parodias como la divertidísima y brillante The Slumber Party Massacre. Y finalmente… nos vamos al continente australiano con Next to Kin, en español, Angustia a Flor de Piel. Dirigida por un desconocido Tony Williams, cuyos últimos años de carrera los ha dedicado al mundo documental, y que supone una nueva incursión del mundo de la ozploitation en el cine, denominación que aparece en el maravilloso documental de 2008, Not Quite Hollywood: The Wild, Untold Story of Ozploitation!: se tratan de cintas de serie B y explotación, pero realizadas en la inhóspita tierra del folklore aborigen. A esta industria le debemos la saga de Mad Max, la brutal Wake in Fright y los primeros pinitos del director Nicolas Roeg (El hombre que Cayó en la Tierra). Muy recomendables son también Night of Fear, Carretera Mortal y Razorback.
Angustia a Flor de Piel, premio a mejor dirección en el Festival de Sitges 1982, a pesar de enmarcarse como una cinta de género y seguir la estructura típica de estas obras, se trata de una rara avis más centrada en su anticlimática atmosfera pesadillesca que en enseñar carnaza y gore: podríamos estar ante el Picnic en Hanging Rock de los slasher. No en vano, en ambas obras encontramos entre su reparto a John Jarratt; y su juego con el tempo narrativo es igualmente distinto a todo lo que se haya visto en el subgénero. Normalmente cuando uno ve estas películas, no se para a pensar en los ejercicios de dirección virtuosa, más allá de las correctas ejecuciones de los asesinatos… Pero aquí, como ya ocurriera con otro ejemplar slasher como es Intruso en la Noche, vemos una labor por dirigir y por crear juegos visuales interesantes y muy dignos. Y, al igual que la mentada cinta, su final rompe con todo el suspense para disparatarse en un tremendo clímax encolerizado y violento.
Jacki Kerin, su joven protagonista, realiza una labor actoral que hace honor al título de la película en español: una angustia in crecendo donde dudamos de su propia cordura durante todo el metraje. Como dato curioso: es el único crédito en un largometraje de la actriz. No es raro que al espectador se le venga a la mente esos juegos mentales y la influencia de lugar (salvando las distancias, claro está) con El Resplandor: esos pasillos oscuros y tétricos del asilo… La banda sonora original también merece una mención especial: en un principio iba a correr a cargo de Vangelis (y se nota), pero el encargado final es otro viejo conocido, Klaus Schulze, el hombre que nos endulzó los oídos con la banda sonora de Angst: La Angustia del Miedo.
En definitiva: Angustia a Flor de Piel es un slasher poco conocido y fuera de lo común, interesante y apto para aquellos que quieran salirse de la norma de los sangrientos asesinatos de estudiantes idiotas cuya sentencia está asegurada desde el primer minuto.. Ojo: asesinatos hay, que tampoco vaya el espectador sin previo aviso.