Aún con la resaca -y post-depresión- de Sitges 2017 os ofrecemos la entrevista que hicimos a Robert Englund (Pesadilla en Elm Street) y Alexandre Aja (Alta Tensión) con motivo de la presentación de The Skull of Sam, el primer capítulo de la serie de realidad virtual Campfire Creepers que producen Lighthouse Pictures y Oculus. Pudimos acceder a una versión work in progress (la definitiva se estrenará en Halloween) y os podemos asegurar que el resultado es espectacular.
¿De dónde nace la idea de Campfire Creepers?
Alexandre Aja: Estaba hablando con dos amigos, Casey Cooper Johnson y Martin Andersen, cuando de repente surgió en la conversación el tema de de las antologías de terror; nos vino a la cabeza Creepshow, de George A.Romero y Stephen King. Yo estaba terminando La 9ª Vida de Louis Drax cuando mi compositor Patrick Watson me introdujo en el mundo de la realidad virtual. Era exactamente lo que buscaba: quería algo primitivo, un tipo de narrativa a la antigua usanza que se centrase en las historias contadas alrededor del fuego. Y la tecnología de la realidad virtual me ayudó a conseguirlo.
Robert, ¿qué pudes contarnos acerca de tu papel en Campfire Creepers: The Skull of Sam?
Robert Englund: Veo a mi personaje como un ermitaño obsesionado con conseguir la calavera humana perfecta. Es como una especie de obsesión freudiana. El estudio de la calavera, del cráneo… Todo esto significa muchas cosas para él. Pero creo que su inquietud alcanza niveles sexuales: adora la belleza de la calavera. Ansía la perfección. Sabe un montón acerca de la naturaleza. Vive solo en el bosque. Y usa la naturaleza, especialmente las hormigas, para avivar su obsesión.
Es un hombre fuera de la civilización que habla mucho porque está solo. Como no tiene a nadie con quién hablar, lo hace con sus víctimas antes de matarlas. No es un sádico, solo un tipo solitario.
En 1991 estuviste en Pesadilla Final: La Muerte de Freddy, estrenada en 3D. Como actor, ¿ cómo notas el paso de las tres dimensiones a la realidad virtual?
Robert Englund: He hecho películas en 3D, he pasado del analógico al digital, he hecho videojuegos como Injustice 2, he hecho captura de movimientos… Pero en la realidad virtual estás al servicio de la cámara. Tenía en cuenta las indicaciones de Alex, pero a la hora de la verdad era un esclavo de la cámara. La misma que va a contar la historia.
Ser actor en realidad virtual es muy distinto a ser actor de cine convencional. Es un tiempo distinto. En cine convencional, si hago una escena y Alex grita ¡Corten! puede acercarse a mí y susurrarme al oído varios matices antes de reanudar el rodaje. Ese proceso es muy rápido, porque sigo metido en el personaje: mi aliento apesta, estoy lleno de sangre… Pero en realidad virtual, una vez se corta la toma, tengo que quedarme quieto y esperar a que Alex chequee lo que hemos grabado antes de continuar. Es un proceso laborioso.
Como actor, sé que en este formato todo cuenta, hasta el más mínimo detalle. Mis botas, por ejemplo, son una amenaza para la protagonista. He podido aprender, y he podido ver a Alex aprendiendo no sé muy bien el qué, porque él sabe más de esta tecnología que yo. Para nosotros ha sido como volver al principio del cine.
Alexandre Aja: Tienes que tener mucha paciencia. Por ejemplo en encontrar la iluminación adecuada. Hay muchos trucos en el cine convencional que no puedes usar en la realidad virtual.
Robert Englund: A veces Alex no salía de su tienda de campaña camuflada situada en lo más alto de la montaña. Era el ayudante de dirección quien nos daba instrucciones. Sin embargo, en muchas ocasiones, justo cuando estábamos a punto de empezar a rodar era el propio Alex quien salía corriendo hacia nuestra posición para hacer cuatro retoques en el set.
Alex, tú también probaste las tres dimensiones hace siete años con Piraña 3D. ¿Cuál es tu opinión de ambos formatos?
La realidad virtual es muy diferente. Es un montaje distinto, con un ángulo distinto, cámaras distintas… En la realidad virtual hay que tener en cuenta cada plano, cada posición de cámara. Es un sistema mucho más complejo, pero igual de emocionante.
Cuando hacemos una película intentamos hacer algo nuevo todo el tiempo, y sin duda alguna esto es nuevo. Era divertidísimo.
¿Qué creéis que puede aportar la realidad virtual al género del terror?
Robert Englund: Tengo que confesarte que hoy he perdido mi virginidad en la realidad virtual. En Campfire Creepers: The Skull of Sam hay una escena en la que un montón de hormigas se te suben a la cara. ¡Y me han hecho perder el equilibrio, aquí detrás en una oficina del festival de Sitges! Miraba hacia arriba y justo antes de darme cuenta ya estaba en la madriguera, como en La Guarida del Gusano Blanco de Ken Russell. Me he sentido como un niño de catorce años en una montaña rusa. Cuando la experiencia de la realidad virtual se une tan bien a la narrativa, uno no puede evitar pensar en lo que veremos de aquí un tiempo.
Alexandre Aja: Creo que toda nueva tecnología es buena para explorar emociones. El miedo tiene sitio en la realidad virtual porque es la herramienta de inmersión definitiva. Pero al fin y al cabo, lo importante es contar historias. Es como cuando lees un libro de Stephen King: las palabras te aterran. Incluso si estás en un sitio público y abarrotado de gente puedes llegar a asustarte.
Robert Englund: Y lo sientes. Lo experimentas por ti mismo.
Alexandre Aja: La realidad virtual es una gran tecnología pero solo si tienes una buena historia.
Robert Englund: Por ejemplo, nunca mejorarías la introducción de Tiburón en realidad virtual. Podrías estar bajo el agua, ver todo a tu alrededor e incluso ser testigo de cómo el tiburón acaba con su víctima. Pero no lo necesitas, porque no hace falta que veas eso. Pero hay un tiempo y un lugar para ser agradecido con el efecto, y Campfire Creepers es una buena muestra de ello. No arruina la narrativa, te lleva al corazón del terror.
Juguemos a imaginar cómo sería una Pesadilla en Elm Street en realidad virtual dirigida por Alexandre Aja y protagonizada por Robert Englund…
Alexandre Aja: ¡Sería fantástico! Hay algo en la realidad virtual que no se ha hecho todavía que es la posibilidad de experimentar el sueño de otro. Porque puedes jugar con el concepto de lo que es real o no. Creo que el mundo del sueño es un terreno que necesita ser explorado. Y quien dice sueño, dice pesadilla.
Robert Englund: Sería fascinante explotar el punto de vista. Ya sea en una batalla, en una persecución, en la búsqueda de algo, o si te persigue alguien. El concepto de punto de vista en realidad virtual puede alcanzar niveles que ni yo mismo puedo imaginar.
Nota: queremos agradecer a Lighthouse Pictures, Javier Asenjo y Sandra Astor la ayuda para hacer esta entrevista posible.