Poco más se puede añadir sobre El Exorcista, la obra maestra de William Friedkin estrenada en 1973 cuyo origen se remonta a la novela de William Peter Blatty publicada dos años antes por Harper & Row. Hace unos días nos enterábamos de las intenciones de la Fox de hacer un remake para televisión, una producción más a sumar tras la multitud de imitaciones, parodias, precuelas y secuelas que siguieron a este fenómeno cultural que figura entre las más taquilleras de la historia.

Cuando pensamos en la música de El Exorcista, lo primero que nos viene a la cabeza es el temazo compuesto por el incombustible Mike Oldfield, Tubular Bells. Una pieza perteneciente al disco de título homónimo que puso a Oldfield en la cima del éxito y ayudó a Virgin a convertirse en uno de los sellos discográficos más importantes de la historia.

 

Sin embargo, antes de optar por el trabajo de Oldfield, Friedkin confió en el saber hacer de Lalo Schifrin. Ya sabéis, el legendario compositor musical de obras como Harry el Sucio, Los Violentos de Kelly o el universalmente conocido tema de Misión Imposible. Para afrontar El Exorcista, Lalo Schifrin se inspiró en el trabajo de Krzystztof Penderecki (sin ir más lejos, su Cello Concierto No. 1 de Polymorphia se usó en el montaje definitivo del film) y Bernard Herrmann; parte de su score puede escucharse en el trailer original del film, famoso por ser retirado de los cines debido a su contenido «altamente terrorífico» y por las numerosas quejas de los espectadores.

https://www.youtube.com/watch?v=7QTTiezP2f4

 

En unas declaraciones posteriores al estreno del film, Lalo Schifrin mostró su malestar con Friedkin:

«La verdad es que fue una de las experiencias más insatisfactorias de mi carrera, pero como leí recientemente, para triunfar en la vida has de cometer algunos fallos. Lo que pasó es que el director, William Friedkin, me contrató para escribir la música para el trailer. Se grabaron seis minutos para la edición final del trailer. La gente que vio el trailer reaccionó contra el film, porque las escenas eran muy duras y terroríficas; muchos espectadores iban al lavabo a vomitar. El trailer era terrorifico, pero la mezcla de esas escenas escalofriantes y de mi música, que era compleja y dura también, asustó a la audiencia. Los ejecutivos de Warner Bros le pidieron a Friedkin que me dijera que hiciera una banda sonora algo menos dramática y más suave. Podría haberlo hecho tal y como lo querían. Hubiera sido algo más simple que mis anteriores trabajos. Pero Friedkin nunca me lo dijo. Estoy seguro de que lo hizo adrede. Ya en el pasado tuvimos un roce, provocado por otras razones, y creo que quería vengarse. Esa es mi teoría. Esta es la primera vez en la que hablo de ello públicamente. Mi abogado me recomendó que no hablara al respecto, pero creo que es un buen momento para revelar la verdad».

A Friedkin no le gustaron nada las composiciones de Lalo Schifrin. Según el editor Bud Smith, el director no dudó en deshacerse de las cintas del score machacándolas contra el suelo del parking de la Warner, gritando: «¡Aquí es donde pertenece esa maldita música!«. Por su parte, el encargado de los efectos de sonido Ron Nagle afirma que Friedkin se volvió literalmente loco durante las sesiones de grabación con Lalo Schifrin. Queda claro que la cosa no iba a acabar bien.

Finalmente, el score de la epopeya del padre Karras y el padre Merrin contra el demonio Pazuzu contaría con diversas piezas del compositor polaco Krzysztof Penderecki.