Train to Busan arranca cuando un brote viral misterioso pone a Corea en estado de emergencia. Sok-woo y su hija Soo-ahn suben al KTX, un tren rápido que une los 442 km que separan Seúl de Busan. Pero justo en el momento de su partida, una chica infectada sube a bordo y los pasajeros tendrán que luchar por sus vidas.
Director: Sang-Ho Yeon
Reparto: Gong Yoo, Kim Soo-Ahn, Dong-seok Ma, Choi Woo-Shik, Ahn So-hee, Eui-Sung Kim, Yumi Jung.
Train to Busan consiguió, en su estreno en Corea del Sur, más de cinco millones de espectadores y unas recaudaciones inmensas (38,8 millones de dólares) que ni el propio equipo del film se esperaba. Su paso por el Festival de Cannes y el reciente Festival de Sitges fue arrollador. Y es que el director, Sang-Ho Yeon (The Fake), que se estrena en el cine live-action con esta película, nos ha traído una cinta digna de ver y recordar para aquellos que sean realmente fans del género del terror y, más concretamente, el de zombies.
Train to Busan mantiene la misma estructura que el resto de largometrajes con los que comparte género, pero adopta un componente poco común en este tipo de películas que, sin duda, puede resultar ser un arma de doble filo. Me refiero a la incorporación del drama y el sentimentalismo entre los personajes con la violencia y la putefracción típica de los zombies. El director combina, tanto terror como drama, con un resultado abrumador. Demostrando, de forma muy parecida a Maggie (el film de Arnold Schwarzenegger que pasó sin pena ni gloria por cines no hace mucho), que en este tipo de largometrajes también pueden mostrarse otros sentimientos que no solo sean pánico o horror y que, del mismo modo, la cinta funcione. Así pues, Train to Busan tiene montones de momentos en los que la tensión se dispara hasta las nubes, pero también deja ver otros en los que las lágrimas pueden saltarnos en cualquier momento.
Es una película que hace que empatices de un modo más personal y directo con los personajes que la componen, los cuales realizan una evolución sorprendente. Train to Busan se cuida mucho de dotar a cada personaje una personalidad y casta distinta para que, así, se reflejen el mayor número de personalidades posibles en la película. Con esto, el espectador puede verse reflejado con el personaje que más se le asemeje y entrar con mayor profundidad en la trama.
Por otro lado, la historia que ofrece Train to Busan bebe mucho de otras cintas como 28 Días Después o Guerra Mundial Z, situando los hechos en un espacio muy reducido y claustrofóbico. Hace muy buen uso de un gran número de infectados (sí, de los que corren) para resaltar y remarcar esa sensación de asfixia en los pasillos de los vagones del tren. Por lo demás, y para no destripar nada de la trama, mantiene una evolución correcta que finaliza con una resolución nada novedosa.
En su aparto técnico, Train to Busan destaca en su cuidada fotografía y una banda sonora ideal para cada momento. Como la propia película, se adapta a cada momento para que el espectador siga dentro de esta montaña rusa de emociones.
Resumiendo: Train to Busan es una pequeña obra de arte que esperemos no pase desapercibida entre el público porque, siendo sincero, merece la pena disfrutarla y darle una oportunidad. Una cinta de zombies que va más allá y pretende realizar una profunda crítica hacia la sociedad y el trato que las castas se dan entre sí.