Hanna-Barbera creó en los años 60 el Show de los Banana Splits, un programa de entretenimiento infantil en el que cuatro animales antropomorfos, con alma de músicos, presentaban diversas series destinadas a los más pequeños de la familia. El bizarro diseño de sus cuatro protagonistas ha permitido transformar el enfoque infantil del producto original en una pesadillesca aventura con evidentes ecos a Five Nights at Freddy’s. La cadena Syfy ha sido la encarga de distribuir este particular reboot, un producto que tristemente cuenta con mejores intenciones que resultados.
The Banana Splits Movie presenta a un grupo de entusiasmados espectadores que se disponen a pasar un inolvidable día en el set de rodaje del Show de los Banana Splits. Cuando el programa termine, las cosas no tardarán en descontrolarse con mortales consecuencias. Bajo esta simple premisa se ampara la totalidad del guion, cayendo rápidamente en la reiteración con un alargado juego del gato y el ratón tristemente predecible. Desde el comienzo de la trama se introduce un robótico trasfondo para justificar el comportamiento del cuarteto de animales protagonistas; sin embargo, el desarrollo de su personalidad termina resultando excesivamente confuso. En lo referente al insípido grupo de protagonistas humanos la cosa no mejora, evidenciando que estamos ante un guion con notables carencias, intentando construir una pobre justificación para aprovechar una cariñosa nostalgia que en ningún momento transmite.
El reparto es para dar de comer aparte, agrupando un puñado de interpretaciones cuanto menos atroces. Únicamente Dani Kind se esfuerza lo más mínimo por sacar lo mejor de sus bochornosas líneas de diálogo. La fotografía (Trevor Calverley) y dirección (Danishka Esterhazy) destilan un comprensible aroma a telefilm que no ayuda a mejorar el resultado final. En el escaso apartado positivo se agradece la presencia de un pequeño puñado de imaginativas muertes, despertando al espectador por un ínfimo momento de su letargo.
En resumen, The Banana Splits Movie es una nueva decepción que bajo la premisa de la nostalgia construye una historia carente de cualquier atisbo de talento. Un olvidable producto que despertará en los espectadores pesadillas de la forma menos deseada por sus creadores.