Ser malo sienta bien. Monta un equipo con los supervillanos encarcelados más peligrosos, ármalos con el arsenal más poderoso a disposición del gobierno, y envíalos con la misión de derrotar a una entidad enigmática insuperable. La Oficial de Inteligencia estadounidense Amanda Waller ha decidido que sólo un grupo secreto de individuos dispares y despreciables con casi nada que perder lo hará. Sin embargo, cuando al fracasar descubren que no fueron elegidos para tener éxito si no por su culpabilidad, ¿decidirá el Escuadrón Suicida morir intentándolo o será un sálvese quién pueda?
Director: David Ayer.
Reparto: Will Smith, Jared Leto, Margot Robbie, Jai Courtney, Joel Kinnaman, Viola Davis, Cara Delevingne, Adewale Akinnuoye-Agbaje, Adam Beach, Jay Hernandez, Karen Fukuhara, Scott Eastwood.
El feroz ataque crítico a Batman v Superman: El Amanecer de la Justicia (una película que pese a sus defectos me pareció aún más disfrutable en su edición extendida) fijó todas las miradas en la siguiente entrada del Universo Cinematográfico de DC. No eran pocas las esperanzas puestas en Escuadrón Suicida, sumadas a un enfoque más optimista y colorido que el film de Snyder. Sin embargo, el resultado final ha resultado ser tan caótico que ha empañado lo que podría haber sido una pequeña joyita.
Desde sus primeros minutos Escuadrón Suicida deja bien claro que aquí no hay sitio para superhéroes cabizbajos. El primer acto, de montaje hipervitaminado, está lleno de luces de neón, música cañera y carteles de presentación para los personajes al estilo videojuego. Hay una clara intención de divertir al público, y se agradece su agilidad, pero se notan demasiado los trucos.
Will Smith (Deadshot), Margot Robbie (Harley Quinn) y Viola Davis (Amanda Waller) componen la columna vertebral del reparto. Ellos levantan la película sin mucha dificultad; no es casualidad que sus interpretaciones sean las más agradecidas en cuanto a tiempo de metraje. Así, los demás personajes queden relegados a un segundo e incluso tercer plano: me viene a la mente Guardianes de la Galaxia, que lidiaba a la perfección con la unión entre personajes nuevos/desconocidos para el espectador. Uno se queda con ganas de conocer mejor a personajes como Katana, que se une al equipo porque sí (y no busques más explicaciones).
Factores como la gran cantidad de metraje eliminado y un guión que no le deja brillar han reducido al Joker de Jared Leto a pura anécdota, mutilando no solo el trabajo del actor de Dallas Buyers Club sino también una de las versiones más arriesgadas del icónico villano que esperemos pueda correr mejor suerte en próximas películas. Escuadrón Suicida no es una película guiada por el Joker (aunque la promo nos haga pensar lo contrario), pero hubiéramos deseado ver un debut más sólido del nemesis de Batman.
Otro de los problemas del film reside en los villanos a derrotar: ni La Encantadora ni su hermano CGI salido de La Momia ni el ejército de esbirros de Tromaville resultan interesantes sabiendo que esta es una aventura protagonizada por tipos malos. La batalla final, lejos de ser estimulante, es pesada y su climax no es mucho mejor. ¿Soy el único al que le vino a la mente Los Cazafantasmas?
Afortunadamente, la película no cae en el mismo saco que monstruosidades del pasado como Catwoman, Los Cuatro Fantásticos o Ghost Rider. Y eso es gracias a su capacidad de no tomarse en serio a sí misma, aunque le falte ir más allá (la sombra de Deadpool es alargada). Tengo la sensación de que a Escuadrón Suicida no le han dejado ser la película que por naturaleza merece ser. ¿Es culpa del estudio? ¿Es culpa de David Ayer? No lo sabemos. Pero estoy seguro de que entre todo el metraje rodado se encuentra una pieza mejor que la que hemos visto.