Descansa en Paz arranca un caluroso día de verano en Oslo en el que sucede un hecho atípico: las personas fallecidas se levantan de sus tumbas sin explicación aparente y, como enfermos de amnesia, acuden a sus hogares para reunirse con sus familiares. Durante este inexplicable suceso, nos centraremos en tres familias de diversa índole y su reacción, visto por algunos como un milagro… y otros no tanto. 

Varios años lleva el subgénero zombie alejado de las grandes pantallas. A diferencia de las pequeñas pantallas, donde sigue vivo de la única forma que lo puede hacer un muerto viviente: sin vida, deambulando en busca de carne fresca con la que saciar su sed de nuevas vidas. Hace tiempo que perdimos la cuenta de todos súcubos nacidos de las entrañas de The Walking Dead, serie que en su día supuso una brisa de frescor en el mundo televisivo, pero que hoy camina desorientado, uniéndose al son de la carraspeante actualidad de seres atrofiados que dan pasitos poco precisos y que hace tiempo perdieron la vida. Choca esta imagen actual con el periodo de relativa actividad que tuvo a finales de la década de 2010: la maravillosa serie coreana Kingdom, One Cut of the Dead (ya me entienden), el mega hit mundial Train to Busan. Hasta el cine de autor trató de hacer un acercamiento al género durante ese periodo: ahí tenemos la divertidísima parodia de Jim Jarmusch, Los Muertos No Mueren o la francesa La noche Devora el Mundo (que, curiosamente, comparte actor principal con la obra que hoy nos ocupa: Anders Danielsen Lie). En este periodo de sequía, que una joven directora quiera que su ópera prima se enmarque en este subgénero es todo un atrevimiento.

El arranque de Descansa en Paz es inquietante, atmosférico, calmado, sin prisa por dejar que el espectador se sumerja poco a poco en clima cargado, caluroso y extraño. El comienzo es todo un prodigio de tensión latente, donde se nos transmite de forma plena la sensación de estar en momento inusual. Los personajes se nos presentan de forma pormenorizada, cada uno tocado por una pérdida reciente y donde el deseo de poder volver a ver a esos seres queridos que ya no están es cumplido. Y aquí diría que es donde la película empieza a perder su fuerza, el shock inicial: no todos los personajes están bien definidos y al final acabamos perdiendo el centro de la película. Por poner el ejemplo de la familia que pierde a la madre: breves pincelas sin definir muestran un duelo en el que nunca profundizamos, nos quedamos en una superficie donde la película parece ahogarse por las prisas de tener que acabar todo en menos de dos horas y los personajes quedan a medio dibujar. La atmosfera opresiva se ha ido viniendo abajo poco a poco y al final naufraga en un mar de decisiones extrañas (el niño tocando la trompeta tras la muerte de su mascota; esa vuelta a la casa de las ancianas para explicitar un hecho que ya sabíamos). Puede que el problema principal de la película es que el resto del metraje no supo estar a la altura de un comienzo realmente impresionante. Sin embargo, su premisa es poderosa y Renate Reinsve realiza una interpretación tremenda (su reacción al ver la venida de su hijo es el momento de la película).

Pero el auténtico protagonista de Descansa en Paz es sin lugar a dudas el sonido. Ya hemos señalado en otras críticas la tremenda relevancia que algunas de las grandes películas de este año están dando al diseño de sonido. Su poder es irrefutable: en una sala, oscura, equipada con un sistema de sonido adecuado, confiere a una obra todo eso que llamamos “una experiencia”. En esta obra, el cuidado en este apartado es absoluto y uno de los responsables de que la película sea tan efectiva, imponente en su presentación. Solo por este apartado ya debería ser una obra de obligado visionado en pantalla grande y, por ello, debió merecer una mayor consideración de cara a la distribución en nuestro país.

En resumen: a pesar de no cumplir con todo lo prometido en su prometedor comienzo, la película distribuida por Avalon es una vuelta de tuerca original al subgénero zombie, sobre todo para aquellos que anhelan obras como la serie francesa Les Revenants (con la que guarda algún que otro parecido). Un debut sólido con unas grandes interpretaciones y un brillante apartado de sonido.