Crítica: ‘Dead Awake’ (2017, Phillip Guzman)

Dead Awake

Dead Awake sigue la lucha de una joven por lograr sobrevivir a un extraño maleficio que acabó con la vida de su hermana mientras esta sufría parálisis del sueño.

Director: Phillip Guzman
Reparto: Lori Petty, Jesse Bradford, Brea Grant, Jocelin Donahue, Jesse Borrego, James Eckhouse, Liz Mikel, Mona Lee Fultz

Los sueños y las pesadillas han sido un tema recurrente a lo largo de la historia del cine de terror, permitiendo a los cineastas adentrarse en los pensamientos más ocultos almacenados en el subconsciente de sus personajes. Desde la aproximación más fantástica de Pesadilla en Elm Street hasta el enfoque casi documental de The Nightmare, las pesadillas se han convertido en un elemento narrativo imprescindible para que los directores puedan liberarse de las limitaciones visuales y narrativas del mundo real.

Adentrándose en la espeluznante afección de la parálisis del sueño el punto de partida de Dead Awake no podría ser más prometedor, sin embargo, como se está convirtiendo en dogma durante los últimos años dentro del género, su curioso planteamiento no es más que un bonito envoltorio bajo el cual no encontramos nada a destacar. Y es que si por algo llama la atención Dead Awake es por rozar en muchos momentos el ridículo más absoluto, haciéndonos dudar de si nos encontramos ante una propuesta seria o quizás todo sea una elaborada artimaña perpetrada por un grupo de amigos para ganar algo de dinero fácil.

Ya desde su escena inicial a uno comienzan a surgirle dudas sobre la calidad de este nuevo producto que busca aprovechar el tirón cosechado en los últimos años por el terror en el mercado del VOD. Y es que Dead Awake cuenta con uno de los peores trabajos de dirección de fotografía que recuerdo en años; si a eso le sumamos un guion con diálogos propios de una de las películas de Jason Friedberg y un reparto que únicamente desea acabar cuanto antes su jornada laboral, nos encontramos ante un fallido producto en el cual nadie ha puesto el más mínimo interés por salvar un barco ya hundido de antemano.

Es una lástima ver a una actriz con cierto potencial como Jocelin Donahue (Summer Camp) arrastrada a este tipo de proyectos, pero siquiera su doble interpretación aporta algo a un bochornoso producto que únicamente sirve como una muestra más de la ingente cantidad de ideas interesantes que terminan convertidas en terribles películas, cuya única finalidad parece ser la de lograr la máxima rentabilidad en el mercado doméstico. Todo es tan esperpéntico y aburrido que ni siquiera merece la pena pararse a comentar la desidia de gran parte del reparto de secundarios ni lo inútil de su banda sonora.