El director y guionista Mick Garris, conocido por adaptar clásicos de Stephen King– Apocalipsis (1994) o El Resplandor (1997)- y por ser el creador de la serie Masters of Horror, abrió hace no mucho un canal en YouTube llamado Post Mortem, con el objetivo de entrevistar a grandes figuras del terror. Uno de sus primeros entrevistados fue ni más ni menos que el gran Robert Englund (Freddy Krueger en la saga Pesadilla en Elm Street), que comentó cosas realmente interesantes acerca de su papel, su relación con el mundillo y su visión sobre el terror. Os dejamos la entrevista para que la disfrutéis tanto como nosotros.
M: Robert, sé que eres un gran fan del género. Pero ¿tú escogiste al terror o el terror te escogió a ti?
R: El terror me escogió a mí. Y de hecho Wes Craven, cuando aún estábamos en la fase de producción de la Pesadilla en Elm Street original, me animó a que respetara ese género. Recuerdo que de pequeño estaba obsesionado con el terror: con Lon Chaney, con la ciencia ficción, con quedarme hasta tarde todos los viernes y sábados por la noche con mis amigos para ver todas esas películas clásicas de terror de Hollywood. Creo que todo eso me influyó muchísimo. Y es increíble que mi mayor éxito haya sido en este género. Puedo decir con orgullo que era fan del género desde que era jovencito.
M: Sé que tienes experiencia en la televisión, pero por lo que más te conoce la gente es por ser Freddy Krueger. Me imagino que eso es una bendición y una maldición. Cuéntame cómo surgió.
R: Yo estaba muy ocupado con V. Sería el año 83-84 y yo me llevaba muy bien con George Wendt, que me comentó algo acerca de la película. Así que fui al estudio, me puse ceniza de cigarrillo debajo de los ojos y me eché el pelo para atrás. Aunque me gusta mucho hablar, conseguí mantener la boca cerrada en mi entrevista con Wes, pero no dejé de mirarle fijamente. Mientras tanto Wes me contó todas sus teorías e ideas sobre la película, que era como una especie de cuento de hadas oscuro. Sobre ese asesino de niños que quizá no consiguió llegar al Infierno del todo y acabó en una especie de purgatorio de terror, desde donde empezó a infectar los sueños y pesadillas del subconsciente de los hijos de los hombres y mujeres que le hicieron daño. Él siguió hablando de esas cosas, pero yo me limité a mirarle fijamente. Y Wes vio que yo tenía lo que estaba buscando. Puede que supiera que físicamente encajaría, que aunque me pusiera toda esa mierda encima quedaría igual de natural, porque tengo los hombros anchos y aún con el maquillaje estoy proporcionado. Pero creo que Wes vio algo en mí, vio que podía entender a ese personaje y eso para mí es todo un cumplido.
M: Pero hay mucho más que eso. Robert Englund sigue estando debajo de todo ese maquillaje. El de Freddy es un maquillaje único que aun así deja que Robert Englund brille, sobre todo por los ojos. Tienes un rostro único y eso es muy importante en lo que respecta a Freddy Krueger y lo que es visualmente. Pero el poder que tú le das como actor va más allá de lo físico.
R: Desde la entrevista hasta que comenzó el rodaje estuvimos días experimentando con el maquillaje y también durante ese tiempo vi la película de Nosferatu de Klaus Kinski. Me fascinó cómo lo interpretó, así que tomé parte de él: su calva, los movimientos de sus manos. También me fijé en James Cagney, en su pose de gallito y en el modo que tenia de poner los pies, casi como una especie de pistolero. La primera vez que me pusieron todo el maquillaje pesaba tanto que prácticamente tenía que agacharme de lado, pero decidí utilizar esa pose. Me recordaba a algún personaje de las películas de Sergio Leone. Cuando llegó el momento de ponerme el sombrero, lo ensayaron con muchos y muy diferentes. Al final le dije a Wes «Wes, este sombrero ha salido de tu imaginación. El fedora lo has creado tú. Tiene que ser así«. Al final me lo pusieron y empecé a jugar con las sombras delante del espejo, quitándome el sombrero y mostrando la calva que había debajo. Siempre recordaré ese día. Al final dije «creo que no debemos cambiarlo. Es este. Tuviste razón desde el principio«. La idea fue totalmente de Wes. Si hay algo que yo aportara de verdad podría ser la silueta y el lenguaje corporal. Realmente el logo de la película soy yo y soy el encargado de trasmitir lo que Wes quiere decir con ese personaje, guste la película o no.
M: Hablemos un poco de la transición de Freddy a lo largo de todas estas películas y apariciones en series de televisión. Con el paso de los años se ha vuelto cada vez más bromista, pero es cierto que ha habido un cambio y me gustaría saber qué opinas tú al respecto.
R: Creo que uno de los cambios más importantes vino de los fans. Después del estreno de la primera película nos llegaron muchísimas cartas de los fans donde nos decían que les encantaba la personalidad de Freddy. Y puede que Freddy fuera realmente el primer monstruo con personalidad, con una actitud diferente y que se divierte con lo que hace. El Sr. Krueger hace lo políticamente incorrecto porque le gusta únicamente para vengarse. Es como si Frankenstein renaciera de sus cenizas y fuese a por los hijos del doctor que lo creó. Lo que ocurrió fue que en las secuelas nos aferramos a esa personalidad, a esa actitud, a ese sentido del humor. Los niños de los colegios, los programas de la televisión repetían frases típicas que él decía. Pero creo que, llegado un punto de la saga, los productores empezaron a recurrir en exceso a las frases pegadizas de Freddy y eso le afectó negativamente. Se volvió demasiado bromista. Sin embargo, en las anteriores mezclaba esas bromas con momentos más extraños y violentos.
«El Sr. Krueger hace lo políticamente incorrecto porque le gusta únicamente para vengarse. Es como si Frankenstein renaciera de sus cenizas y fuese a por los hijos del doctor que lo creó«.
M: Has mencionado que Freddy fue el primer monstruo con personalidad y creo que tienes razón. Creo que a raíz de él surgieron otros monstruos que también decían cosas graciosas, pero nadie entendió que la magia de Pesadilla en Elm Street es que todo ocurre en el subconsciente.
R: Muchas de las frases pegadizas de Freddy tenían que ver con los miedos, defectos o secretos del personaje al que atormentara. Por ejemplo, se burla chica que le tiene pánico a los insectos convirtiéndola en uno en Pesadilla en Elm Street 4. Y además de la frase y la muerte, siempre había unos grandes efectos acompañando.
M: Creo que el miedo y la comedia tienen mucho en común y creo que tú has conseguido unirlos muy bien.
R: Es cierto que a veces hay como una especie de fusión entre comedia y terror. Wes Craven, Sam Raimi, Joe Dante, todos ellos recurren a la comedia en sus películas de terror para aliviar parte de la tensión. Creo que no basta con asustar a la gente durante 90 minutos, creo que hay que aliviar parte de esa tensión. Porque si no lo haces acabas entrando en esa peligrosa zona en la que la gente se ríe de ti, no contigo. O se ríe porque necesita quitarse esa presión y le entra esa risa nerviosa.
«Wes Craven, Sam Raimi, Joe Dante, todos ellos recurren a la comedia en sus películas de terror para aliviar parte de la tensión«.
M: Además es muy aburrido que todo esté al mismo nivel, necesitas altibajos.
R: No se puede ser divertido durante 90 minutos, ni tampoco asustar durante ese tiempo. Creo que hay que mezclarlo.
M: Cuando trabajé con Anthony Perkins en Psicosis 4, vi claramente que estaba un poco resentido con el personaje de Norman Bates, porque le cambió totalmente su carrera. También sé que Christopher Lee sentía algo parecido por su Drácula. Ambos acabaron renegando un poco de su trayectoria en el terror. ¿Tú sientes algo parecido por Freddy?
R: Anthony Perkins no usaba maquillaje y recurrió a todo su encanto y físico para llegar a los rincones más oscuros de Norman Bates. Así que desde ese momento, aunque Anthony interpretase a otro personaje, seguimos viendo algo de Norman Bates en él. Sin embargo, cuando soy Freddy llevo muchísimo maquillaje encima. Yo he seguido trabajando en este género primero porque me gusta y segundo porque me pagan más. No cobro lo mismo si salgo en un drama televisivo que si salgo en una película de terror. Es cierto que jamás me imaginé seguir en este género con 50 ó 60 años, pero es muy divertido. Hay que entender que un actor sobrevive cuando consigue papeles y los papeles que me ofrecen en el terror son más importantes que los de otros géneros, aunque a veces los guiones no sean demasiado buenos. A veces soy protagonista, a veces hago cameos, pero me mantengo.
M: En las últimas décadas apenas ha habido símbolos del terror, mientras que en los años 30 ó 40 estaban Bela Lugosi, Boris Karloff y en los 50-60 estaba Vincent Price. Pero desde los 70 prácticamente no ha habido ninguno y creo que tú has heredado el testigo.
R: Me honra muchísimo que me mencionen junto a gente tan importante. Wes Craven fue quien me dijo que honrara al género. Que no me avergonzara de él y que lo abrazara con ganas y con respeto. Recuerdo de pequeño haber visto la imagen de Frankenstein– Karloff– en el lago con una niña y eso se me quedó grabado. Cuando estuvimos rodando la primera película de Pesadilla en Elm Street recordé a todos esos iconos y ahora, con 60 años, me doy cuenta de que es algo que no todo el mundo puede hacer. No todo el mundo puede ser un monstruo. Para mí es como tener una medalla de honor saber que soy uno de los pocos que sí puede hacerlo.
M: Robert Englund, muchas gracias por haber estado aquí.
R: Gracias.