Netflix estrenó el pasado 5 de junio la nueva (y quinta) temporada de una de sus series estrella: Black Mirror. Con tan sólo tres episodios, se esperaba mucho de esta nueva aventura donde lo virtual se da la mano con el suspense y los guiones truculentos, pero desgraciadamente, en esta ocasión, sentimos que nos falta algo muy importante: su esencia.
Y es que esta quinta temporada ha sido, a mi parece, la más floja de todas.
Pero analicemos un poco sus capítulos. Avisamos, contiene spoilers.
Black Mirror 5×1: Striking Vipers
¿Cuenta como infidelidad un desliz virtual? Dos amigos se divierten jugando a Striking Vipers, un videojuego de lucha mezcla entre Tekken y Street Fighter que las nuevas tecnologías han llevado a un nivel más realista. Mientras prueban el juego con unas gafas de realidad virtual, estos amigos descubrirán una atracción por la forma virtual de su contrincante que termina en un idilio en online. El capítulo en sí es me ha parecido interesante y entretenido, y los gráficos muy buenos, pero su final, más alegre de lo que nos tiene acostumbrados, me ha dejado igual. Falta esa costumbre de sorprender al telespectador, algo que falta (y mucho) esta temporada. A pesar de ello, en conjunto, no está nada mal y hace que pienses en los dilemas morales de los avatares de internet.
Black Mirror 5×2: Smithereens
Un chófer secuestra a un empleado de una empresa tipo Facebook. A partir de allí, vamos descubriendo los motivos que han llevado al secuestrador a cometer ese delito. El capítulo más lento y, para mí, de los más aburridos de lo que va de serie. Aunque Andrew Scott, que interpreta al protagonista, hace un buen papel, se me hizo muy pesado. Eso sí, me pareció una crítica a la sociedad actual y nuestra obsesión por las redes sociales, y posee un final algo abierto, en el cuál el espectador debe pensar qué ha ocurrido tras ese disparo.
Black Mirror 5×3: Rachel, Jack y Ashley Too
Me ha sorprendido. Cierto que se me hizo lento también, pero me ha resultado muy entretenido y aunque sea algo previsible, me ha parecido, junto al primero, los mejores de la temporada.
La muñeca, cuando se quita el filtro, es la caña, y la trama, bien llevada, y volvemos a tener más tecnología que en el anterior, aunque su eje central no sea ese, sino la frustración (Ashley O es una cantante pop que quiere volar libre y dejar de ser una muñeca Barbie), la soledad (Rachel no tiene amigos y su única vía de escape es su admiración por Ashely) y la avaricia (la tía de Ashley es capaz de drogar a su sobrina con tal de que la enriquezca). En medio de todo se encuentran Jack, hermana de Rachel y la voz de la coherencia, y Ashley Too… aunque ahora estamos hablando de una muñeca.
Como veis, la quinta temporada de Black Mirror me ha parecido irregular, inferior a sus antecesoras y con falta de la mala leche que caracteriza a la serie. Espero que la siguiente vuelva a sus orígenes.
Por cierto, si estáis atentos, descubriréis más de un easter eggs a sus anteriores entregas (como la mención a San Junipero).