Logan nos sitúa en el año 2029, varios años después de lo sucedido en Días del Futuro Pasado. En este futuro, apenas quedan mutantes en la tierra y los pocos que quedan, sobreviven en la clandestinidad, con sus poderes mermados. En el caso de Logan, con su capacidad regenerativa cada vez más disminuida, por culpa en parte, del Adamantium de sus huesos que está envenenándolo poco a poco.
Director: James Mangold
Reparto: Hugh Jackman, Patrick Stewart, Boyd Holbrook, Dafne Keen, Stephen Merchant, Richard E. Grant, Eriq La Salle, Elise Neal
Los primeros minutos de metraje ya nos dejan entrever que no estamos ante una película más del universo X-Men o una película más de Marvel. Ya lo dijo el director al responder a la pregunta de porqué no hay escena post créditos en Logan: “La única forma de conseguir una película diferente es tratar de hacerla diferente. Así que yo fui bastante fanático en decir: si esto es lo que se hace en otras películas, vamos a hacerlo de otra manera”. Tanto es así, que esta es la primera película de X-Men en recibir una calificación R (no recomendada para menores de 17 años) si exceptuamos Deadpool.
Un buen comienzo suele ser el preludio de una buena película y el comienzo de Logan no puede ser más revelador. Una escena de acción, que incluye imágenes de muerte explícitas con un nivel de gore por encima de la media habitual de Marvel, es la antesala perfecta para una historia que deja de lado la acción desmedida, el drama heroico y el humor infantil de otras películas de Marvel para centrarse en lo que realmente importa: la vida.
Desde el comienzo de la saga X-Men, hace ahora ya 17 años, Lobezno siempre ha sido el protagonista indiscutible, cada película nos ha ido destripando a un personaje cargado de personalidad, cargado de rabia, de odio y de humanidad (o mutanidad) con un sinfín de conflictos internos y con evidentes problemas afectivos que no han desaparecido en esta entrega. Así pues, se cierra el arco de Hugh Jackman como Lobezno de manera más que efectiva gracias al toque oscuro y adulto que le ha aportado Mangold (quien ha conseguido pulir aún más aquella estupenda película que era Lobezno Inmortal). Queda claro entonces, que la interpretación de Jackman está totalmente a la altura de esta gran película y que consigue transmitir a la perfección el sinvivir que supone existir o subsistir en el mundo cuando uno no forma parte de él. O al menos no así.
El magnífico trabajo de Patrick Stewart como un Charles Xavier nonagenario y la aparición de Dafne Keen como Laura, una joven mutante que debe aprender y madurar junto a Charles y Logan durante las dos horas de film, rematan para bien, lo que para mi ha sido el planteamiento perfecto para el final de la saga.
El elenco de personajes da una positiva sorpresa más y es que, en mi humilde opinión, el papel de Boyd Holbrook (Narcos, Perdida) como Donald Pierce le aporta a la historia el malo perfecto, una especie de mercenario militar con un brazo robótico que persigue a Logan y a toda su familia en esta especie de road movie. No han sido pocas las comparaciones con clásicos del western como Sin Perdón, pues cuenta con escenas y momentos familiares y de aprendizaje, sin perder la esencia de la saga mutante. Es una película de superhéroes que no parece de superhéroes, con escenas de aventura al estilo Pequeña Miss Sunshine y con escenas de acción que más podrían ser propias de Juego de Tronos y no de una película de Marvel. Todo esto, perfectamente aprovechado gracias al desarrollo que han tenido las historias a lo largo de estos años. Esta formula funciona, gracia también, al sentido de unión que muchos de nosotros podemos tener hacia los personajes principales.
Logan, es una cinta única en el género de los superhéroes, una película hecha y pensada desde sus inicios como un final, sin pensar en nada más que en terminar, sin preocuparse por dejar cabos sueltos para próximas entregas. Esto hace de Logan una película (casi) redonda, que perfectamente puede llegar tanto a los que no hayan visto una película de los X-Men como a los más ajenos al género.