Crítica: ‘La Cura del Bienestar’ (2017, Gore Verbinski)

la cura del bienestar

La Cura del Bienestar arranca cuando Lockhart, un ambicioso ejecutivo, es enviado los Alpes Suizos para buscar al director de su empresa, que está residiendo en un idílico centro de bienestar llamado Volmer Institute. Pero todo se torcerá cuando entre en juego el director del complejo, y Lockhart descubra que el objetivo del centro terapéutico no es precisamente el buen trato de sus clientes.

Director: Gore Verbinski
Reparto: Dane DeHaan, Jason Isaacs, Mia Goth, Susanne Wuest, Celia Imrie, Lisa Banes,Adrian Schiller, Ivo Nandi, Natalia Bobrich, Johannes Krisch, Jason Babinsky, Judith Hoersch, Jeff Burrell, Eric Todd, Godehard Giese, Craig Wroe.

Gore Verbinski ha demostrado a lo largo de los años su versatilidad a la hora de dirigir películas. Ha estado al frente de proyectos de aventuras como Piratas del Caribe, westerns como El Llanero Solitario y cintas de terror como The Ring. Esta vez, lleva a la gran pantalla la obra más personal que ha realizado hasta ahora, un film de terror psicológico con pinceladas de thriller y una estética muy similar  tanto a la de Shutter Island como a la segunda temporada de American Horror Story (Asylum): La Cura del Bienestar.

El elenco de actores que Verbinski ha elegido para la cinta no podría haber estado mejor. Dane DeHann abraza la locura para poder reflejar la esencia del mensaje de La Cura del Bienestar. Su actuación se ve complementada por la co-progonista Mia Goth, cuya química con su compañero de reparto nos lleva a Alice en el País de las Maravillas. Y la guinda del pastel la pone Jason Isaacs, en el papel de antagonista, altamente efectivo y preciso. El intérprete de Lucius Malfoy transmite malestar y mantiene la tensión cada vez que aparece en escena. Chapó.

El argumento de La Cura del Bienestar habla bastante por sí solo, pero os puedo asegurar que sólo es la punta del iceberg de todas las sorpresas que Verbinski tiene guardadas una vez nos adentramos dentro del -oscuro- largometraje. El film empieza con una primera media hora espectacular para dar paso a un segundo acto donde los sueños toman el control y se confunden con la realidad, sumergiendo al espectador en un mundo onírico lleno de terror gótico y con claras referencias a Lovecraft y Edgar Allan Poe. Resulta incluso frustrante, a veces, no comprender todo lo que Verbinski quiere transmitir con su obra.

Al final, las piezas del puzzle que componen el argumento van encajando poco a poco en un climax muy cercano a la serie B; esa estocada final justifican los 157 minutos del visionado. La Cura del Bienestar es un film obligatorio para los amantes de cine de género, un canto angelical que hipnotiza a todos aquellos que escuchen su melodía para arrastrarlo a un centro terapéutico donde nada parece real. Lo único que se le podría echar en cara al film es su extensa duración, que puede resultar mortal para aquellos que busquen un terror convencional o sean neófitos en el género.