Crítica: ‘Calle Cloverfield 10’ (2016, Dan Trachtenberg)

Calle Cloverfield 10

En Calle Cloverfield 10, una joven sufre un accidente de coche. Cuando despierta se encuentra encerrada en una celda bajo tierra, secuestrada por un hombre extraño que dice haberla salvado del día del juicio final. El excéntrico captor asegura que el exterior es inhabitable por culpa de un terrible ataque químico, algo que no sabe si creer. Es así como comienza su pesadilla, en una espiral de desconocimiento. La mente del criminal es infranqueable, y ella tendrá que intentar analizar a su enemigo para conseguir sobrevivir.

Director: Dan Trachtenberg.
Reparto: Mary Elizabeth Winstead, John Goodman, John Gallagher Jr., Suzanne Cryer.

En la industria cinematográfica existe la norma no escrita de que las secuelas deben superar en espectacularidad y grandeza a sus antecesoras para satisfacer las necesidades de un público hambriento de nuevas experiencias. También se suele dar por hecho que las secuelas deben conectar de forma directa con sus predecesoras para conseguir atraer a las salas a las masas deseosas de conocer más sobre sus héroes. Sin embargo, ha tenido que ser un debutante como  Dan Trachtenberg quien cambie las reglas del juego, demostrando que una secuela puede ser igual (o incluso más) de interesante y arriesgada que su predecesora sin tener que ser más grande que esta.

Dan Trachtenberg demostró todo su talento en el corto Portal: No Escape, una interesante adaptación del videojuego homónimo donde en apenas 7 minutos nos presentaba un fascinante universo donde todo era posible. J.J. Abrams, tras ver el su trabajo, no perdió la oportunidad y junto a su productora Bad Robot le contrató para desarrollar Valencia, una cinta de ciencia ficción con toques futuristas que generó un gran entusiasmo en sus pases previos. Sin embargo, y para sorpresa de propios y extraños, la cinta ocultaba una gran sorpresa bajo su título y es que con el lanzamiento de su primer trailer se descubrió que Valencia realmente era 10 Cloverfield Lane, la pseudosecuela de la cinta culto dirigida en 2008 por Matt Reeves y producida por el propio Abrams.

Bajo esta premisa sería fácil pensar que Trachtenberg habría apostado por mostrarnos en toda su gloria el espectacular enfrentamiento entre el ejército y la enorme bestia que en la primera entrega solo se mostraba de pasada. Sin embargo, Calle Cloverfield 10 no podría ser más distinta de lo esperado y es que en estas ocasiones la escala se reduce al máximo, concentrando toda la historia en un único escenario del que no saldremos hasta los instantes finales. Trachtenberg demuestra lo que ya vimos en sus cortos: un auténtico recital en el que el uso de los espacios juega un papel fundamental para el desarrollo de la trama.

El joven director demuestra talento no solo a la hora de jugar con la tensión en el interior de un espacio tan limitado sin apenas elementos en los que apoyarse, si no que demuestra ser un magnifico director de actores consiguiendo que estos vuelquen toda su esencia en cada uno de los personajes que conforman el trío protagonista. Quizás le falte soltura cuando la escala de la cinta aumenta en su tramo final, pero Trachtenberg puede sentirse orgullo de haber firmado un debut que le catapultará a la fama de forma inmediata.

La  dirección se ve ampliamente respaldada por la sublime fotografía de Michael Bonvillain, la cual logra jugar a la perfección con el uso de las distintas tonalidades en función del personaje predominante en cada una de las escenas. El guión apuesta por al engaño en todo momento y consigue sorprender al espectador con casi todos los secretos que esconde durante su desarrollo. La única pega que se le podría poner a Calle Cloverfield 10 es un tramo final demasiado alocado en el que puede costar entrar si uno no se entrega por completo a la historia, aunque a título personal he de decir que he disfrutado como un enano una vez se ha desatado la locura.

El reparto es otro de los puntos fuertes de la cinta, y es que tanto Mary Elizabeth Winstead como John Goodman nos ofrecen una de las mejores interpretaciones de sus respectivas carreras. Es espectacular ver a un Goodman absolutamente desatado cuya interpretación, de haberse visto en una cinta más del gusto de la Academia, sería merecedora de protagonizar la temporada de premios. No olvidemos a un correcto John Gallagher Jr. (Hush), que hace lo que buenamente puede para mantener el tipo frente a dos monstruos interpretativos.

En resumidas cuentas, Calle Cloverfield 10 no es la secuela directa de Monstruoso que muchos esperaban, pero tampoco pretende serlo. La cinta apenas tiene vínculo alguno con su predecesora y por eso debemos agradecer a Trachtenberg que haya sido valiente a la hora de ofrecer uno de los thrillers fantásticos más llamativos de los últimos años. Su escalada de tensión culmina en un tercer acto que, aunque polémico, hará las delicias de muchos aficionados al género. Vista Calle Cloverfield 10, solo queda pedir a Abrams que continúe explorando su peculiar universo de esta forma, y de ser así, por favor, póngame dos tazas.