Tras el éxito sin igual del Superman de Richard Dooner a finales de los 70, era cuestión de tiempo que otros superhéroes llegaran a la gran pantalla. Spider-Man, el personaje creado por Stan Lee y Steve Ditko, no era extraño en la televisión: apareció en las Spidey Super Stories del programa infantil The Electric Company (con Morgan Freeman) en 1974, y más tarde fue interpretado por Nicholas Hammond en el famoso serial de 13 episodios de 1978 cuyos episodios llegaron a cines españoles bajo los títulos de Spider-Man: El Hombre Araña, Spider-Man: El Hombre Araña en Acción y Spider-Man: El Desafío del Dragón. Japón tuvo su propia serie en mayo de 1978, Supaida-Man, en la que el lanzarredes se enfrentaba a ninjas, robots y alienígenas. Pero eso es otra historia.
A principios de los años 80, Menahem Golan y Yoram Globus compraron los derechos cinematográficos para poder explotar la franquicia en Cannon Films. Los israelíes contratan a Tobe Hooper (La Matanza de Texas) como director y a Leslie Stevens (Más Allá del Límite, Buck Rogers) como guionista. Stan Lee no está muy de acuerdo con la primera propuesta, que aparte de modificar el origen de los poderes del héroe (a Peter Parker ya no le muerde una araña, es víctima de una radiación causada por su jefe y villano principal de la historia, el Doctor Zork), transforma al personaje en una araña humana de ocho patas. Ante la desconfianza de Lee y Hooper (que termina dirigiendo Invasores de Marte), Golan y Globus acuden a los guionistas Ted Newsom y John Brancato para reescribir el guión. Saltamos a finales de 1985. Joseph Zito, el director de Viernes 13: Último Capítulo que ya había trabajado con Cannon en dos ocasiones (Desaparecido en Combate e Invasión U.S.A.), entra en el proyecto con su amigo Barney Cohen como guionista. «Uno de los problemas del guión de Newsom y Brancato« recuerda Cohen, «residía en la dualidad del personaje. Rescataba a alguien y entonces el mundo se le caía encima, cosa que le impedía tener citas o disfrutar del día. Golan, quien no estaba del todo familiarizado con Spider-Man, veía al personaje como un Superman joven con distinto disfraz». https://www.youtube.com/watch?v=iqvzRqWRQnw En el Spider-Man de Zito y Cohen, Doctor Octopus (Bob Hoskins) cumple la función de villano principal. Su subordinado, Weiner, dispara y mata a un civil que no resulta ser otro que el Tío Ben, algo que potencia la motivación de Peter Parker a la hora de luchar contra el crimen. Es interesante comprobar los puntos de similitud con la magnífica Spider-Man 2 que Sam Raimi rodaría décadas más tarde, en 2004.
Sin embargo, Golan quería aportar mucho más al guión de la película. Según palabras de Ted Newsom: «Menahem cogió nuestro guión y añadió cosas que no encajaban, cosas más propias de Charles Bronson que de Peter Parker y Spider-Man . No entendía el personaje. Recuerdo que había una escena en la que Spider-Man le pegaba una paliza a un tipo porque miraba de reojo a una chica». Mientras peleaba por el guión con el jefe de la Cannon, Zito empezó a localizar en Italia e Inglaterra, ayudado por el artista de Marvel Comics Nikita Knatz en los storyboards de la película. El especialista Scott Leva, que llegó a ser modelo de promoción de Marvel, hizo algunas pruebas de cámara para el papel principal. Cannon ya llevaba 1.5 millones gastados en pre-producción.
El episodio de Zito con Spider-Man terminó en 1986; la productora, que empezaba a sufrir problemas financieros, le ofreció al realizador un presupuesto final de diez millones de dólares, una cantidad irrisoria para el realizador, que veía imposible hacer justicia tanto al personaje como al proyecto. Ese mismo año, Cannon perdió temporalmente los derechos del personaje (que fueron a parar a New World Pictures). El dinero del debut cinematográfico de Spidey fue destinado a Superman IV: En Busca de la Paz, una apuesta arriesgada que se hundió en taquilla. Con el dinero del aliado Giancarlo Parretti (que en 1989 tomaría control de Cannon), Golan y Globus siguieron adelante con el proyecto de la forma más económica posible. Esto les llevó a reclutar al director Albert Pyun, que les prometió dirigir a la vez Spider-Man y Masters del Universo 2: «Íbamos a rodar dos semanas de Spider-Man, las escenas de Peter Parker antes de ser mordido por la araña radioactiva. Luego, íbamos a dedicarle seis semanas a Masters del Universo 2. El actor que iba a hacer de Parker tabajaría durante ocho semanas con un profesor de fitness de la UCLA, Eric Sternlicht, para ganar músculo y volumen. Tras acabar con Masters del Universo 2, terminaríamos Spider-Man. Dos semanas antes de empezar a rodar, descubrimos que Cannon le debía mucho dinero a Marvel y fue imposible». El Spider-Man de Pyun tenía previsto estrenarse en navidades de 1989.
Durante los siguientes años, Cannon insistió en su idea de llevar a Spider-Man al cine. Shepard Goldman, Don Michael Paul, Ethan Wiley (guionista de House y director de House II: Aún más Alucinante) y Neil Ruttenberg fueron contratados para escribir guiones que se alejaban más y más de la esencia del personaje. Cuando llegó 1990, Carolco (el estudio independiente detrás de Terminator 2: El Juicio Final) se hizo con los derechos de Spider-Man y James Cameron escribió un tratamiento de cincuenta páginas que encantó a Stan Lee. Lo irónico es que la propuesta del director de Avatar tampoco salió adelante.